Desde el primer día se han remangado los nuevos propietarios del Real Ávila en lo que al Adolfo Suárez se refiere.Tenían claro que 'meterle mano' al estadio abulense era una necesidad –«era una evidencia a la vista de todos»– por encima de debates sobre quién tenía la responsabilidad. «Por diferentes circunstancias el campo llevaba mucho tiempo sin tocarse.Es verdad que la anterior propiedad había realizado un pequeño lavado de cara interior, pero no era normal tener una infraestructura en esas condiciones» reconoce Alberto Cases, uno de los responsables de DS360. No duda que arreglar el campo puede ser un tema de «todos, no sólo del propietario del club» pero «había cosas que no podían estar como estaban». Han optado por superar ciertos debates. «Lo que haya ocurrido en el pasado no nos compete, pero desde que tomamos las riendas del club trasladamos a los propietarios lo que entendíamos que era urgente solventar y estamos en ello». Y va tomando forma el 'nuevo' Adolfo Suárez. Asumiendo las limitaciones que impone la ConfederaciónHidrográfica del Duero, los avances son evidentes. Se han cambiado los banquillos, hay nuevo marcador electrónico, se ha sometido al césped a un proceso de recuperación «que falta le hacía», se ha remodelado el vestuario –se van a instalar fotos de cada uno de los jugadores– y se ha dignificado la sala de prensa. Y todo ello con la actuación más importante aún pendiente, la demolición del velódromo y el arreglo de los fondos. «Estaba previsto antes de la disputa del Trofeo Ciudad de Ávila, pero no ha sido posible». Se espera para finales de agosto.