El Mercado Chico desplegó la carpa del Circo a las 12 horas este jueves, una jornada en la que fueron numerosas las actuaciones en espacios abiertos y también en el interior de los palacios. Fue el espectáculo 'Aire' el que allí abrió el telón, una creación extremeña con un artista que se ganó al público a base de un completo trabajo y también haciendo participar a los presentes. No sabemos si los cinco ayudantes que salieron a escena serán o no conocidos del clown pero lo cierto es que dieron mucho juego a los componentes de la Compañía Circo Activo. Es un único artista el que da la cara, pero son más los que se encargan de que nada falle en una iniciativa que resulta de lo más variada y que claramente va de menos a más a lo largo de los 50 minutos que dura y que se corona con la maestría que desplegó por los cinco metros de mástil que acompaña al espectáculo. Tiene 'aire' lo justo de risa y mucho de precisión, mucho de contorsionismo y ante todo mucho poder de atracción y otro tanto de mimo. 

El público, como suele ocurrir en estos meses de verano, resultó tan variado como el espectáculo, grandes y pequeños. Fueron estos últimos, sin duda los que más disfrutaron: en ocasiones con las supuestas torpezas del artista y en otros casos, con sus acrobacias y sus guiños y con la música como telón de fondo. En un mes de agosto tan concurrido como está siendo éste no eran pocas las voces en otros idiomas que tímidamente se escuchaban alrededor del Mercado Chico

Era 'Aire' la primera cita del viernes con el Festival Internacional de Circo en esta décima edición y hay que decir que los miembros de la organización estaban muy pendientes de que la gente estuviera a gusto. El sol estuvo muy presente durante los primeros compases de la mañana y por eso hacían lo posible por ubicar en la sombra a quien se lo pedía. Había por ese calor casi más gente de pie esquivando el sol, que sentada.

Apenas sin descanso, y tras el completo artista extremeño, debutaban en Ávila los componentes de la Compañía Los Barlou con 'Set Up'.  Son tres los artistas catalanes que dan forma a una actuación que de algún modo es todo lo contrario a quien les precedió sobre ese gran escenario al aire libre. Es un tanto un teatro de lo absurdo, el circo dentro del circo, la incompetencia y la descoordinación, pero detrás de la cual está claro que saben hacer. Es evidente la trayectoría de los componentes de Los Barlou, pero su propuesta va de disimulo y de hacer reír con gracias supuestamente trasnochadas. Un collage que fue del agrado del público que, eso sí, no fue tan numeroso como en la anterior propuesta, quizá porque los grados iban subiendo en el termómetro. Para la tarde está previsto que se repitan ambas actuaciones en el mismo enclave.