Nissan Ávila finalizó el año 2022, el de la inauguración oficial de su nueva nave de estampación, con 258.000 piezas producidas, un 26% más que las registradas un año antes, y con un volumen de trabajo superior al marcado como objetivo para ese año, al alcanzarse «un promedio de 427 empleados» en activo. El balance que se hace por parte de la dirección de la planta –desde este año en manos de Nuria Cristóbal– es «positivo» y la previsión para 2023 pasa por seguir «trabajando con nuevos proyectos de industrialización que nos permitirán aumentar el volumen de negocio para nuestros clientes».
Desde la factoría, ya reconvertida en una planta de producción de recambios para la Alianza Nissan-Renault, se destaca que «Nissan está cumpliendo con el acuerdo social de 2017 a través del Plan de Transformación», un proyecto que para la firma «avanza en la dirección correcta» y prueba de ello es que, a juicio de su directora, «ya se han materializado notables progresos».
El Plan de Transformación de Nissan Ávila presenta tres ejes principales de actuación, plan de inversiones, volumen de negocio y evolución de empleo. Respecto a las inversiones, y a falta de un año para la culminación del plan, «hemos realizado las inversiones que nos planteamos como objetivo, lo cual ha supuesto mejoras sustanciales en nuestras infraestructuras en general». La planificación inicial de inversión fue de 40 millones, cantidad que se incrementó con 15 millones adicionales (+35%) hasta llegar a los 55 millones entre 2018 y 2022.
En relación con el segundo eje, volumen de negocio, se supera en un 26% las piezas producidas sobre el año anterior, pasando de 205.000 unidades a 258.0000.
Por último, en lo que concierne a la evolución del empleo, actualmente están trabajando en la planta un promedio de 427 empleados, cifra que supera los 350 que se contemplaban como objetivo para este año 2022, según precisa la directora de Nissan. «Este hecho nos sitúa en una excelente posición para llegar al pleno empleo en 2023, tal y como estaba previsto en el acuerdo social de 2017». En este escenario, se aboga por «seguir trabajando, como hasta ahora, de la mano de la representación de los trabajadores en cada una de las fases de transformación e informando a la plantilla», al entender que el proyecto de Ávila «está basado en el compromiso de todos».
De esta manera, los objetivos para 2023 se centran en«la consolidación de los volúmenes de la planta y la rentabilidad para convertirnos en una unidad de negocio sostenible», algo para lo que se precisa «el compromiso de todos, de las instituciones, de Nissan y de todos los trabajadores de la planta», apunta. Así, se continuará reforzando el trabajo para la Alianza Renault-Nissan, el desarrollo y montaje de componentes para la fabricación en serie y el despliegue de su propuesta de valor para la expansión del negocio a nuevos sectores y actividades industriales». La vinculación a la región y a su tejido industrial y social es otro de los aspectos en los que se quiere continuar trabajando, al ser conscientes de la «importancia» de la factoría para la comunidad.
crisis económica. La situación de la factoría abulense de Nissan no está siendo ajena a la crisis de suministros, los altos costes de producción y a la incertidumbre económica general. Desde la multinacional se reconocen «múltiples factores externos que están causando un impacto importante en nuestra economía y sociedad, como la reciente pandemia de COVID-19, el conflicto en Ucrania, el encarecimiento de las materias primas, el coste de la energía y la crisis climática». Con todo, «a pesar de estos impactos hemos seguido trabajando en todos y cada uno de los proyectos estratégicos que lanzamos en su día, cumpliendo con los objetivos que nos habíamos marcado», asegura Cristóbal.