Un centenar de abulenses en diálisis y 12 esperan trasplante

B.M
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Hoy se celebra el Día Mundial del Riñón con el acento en la importancia de la prevención y un diagnóstico precoz para una enfermedad que se presenta como una «asesina silenciosa»

Un centenar de abulenses en diálisis y 12 esperan trasplante - Foto: David Castro

Mañana se celebra el Día Mundial del Riñón, una jornada que se pretende convertir en una oportunidad para concienciar sobre la importancia de la prevención y el diagnóstico precoz en una enfermedad con pocos síntomas aunque esté avanzada y que se convierte en una «asesina silenciosa».

Jesús Martín, jefe de Nefrología del Complejo Asistencial de Ávila, explicó que actualmente se cuenta con un centenar de pacientes en diálisis (hemodiálisis y diálisis peritoneal), con 79 realizando el tratamiento en el centro sanitario y 20 en casa. Precisamente destacó que en Ávila apuestan claramente por la diálisis peritoneal, es decir, el tratamiento en casa porque ayuda a que las personas puedan seguir con su vida personal. En ello tiene que ver que cada vez hay máquinas más pequeñas y fáciles de manejar y que incluso se esté avanzando en la telemonitorización desde los hospitales. Con ello se persigue el lema de vivir bien con enfermedad renal. 

De estos pacientes hay doce que están a la espera de transplante y otros dos o tres que están en estudio para entrar en la lista de espera. Se trata de estudios muy exhaustivos, aunque la edad no es límite para el transplante.

En esta técnica los avances son muy visibles y, aunque siempre hay posibilidad de rechazo, «cada vez está más controlado», dijo el doctor Martín. La duración media de un transplante renal se sitúa entre los 16 y 20 años y hay casos de hasta 40.

La celebración del Día Mundial del Riñón estará limitada en cuanto a los actos porque, según recordó la presidenta de Alcer (Asociación de Lucha contra las Enfermedades Renales) de Ávila, Vanesa Belmar, se trata de pacientes en los que hay que tener especiales cuidados por la pandemia sanitaria de la covid-19 y donde se ha visto que con los enfermos renales, sobre todo los trasplantados, el nivel de anticuerpos es bajo a pesar de tener toda la pauta de vacunación.

Lo que sí se hará, de nuevo gracias a la colaboración de las farmacia, según recordó Inés Barco,  presidenta del Colegio de Farmacéuticos de Ávila, es ofrecer en las farmacias la toma de tensión gratuita, dado que la hipertensión es un factor de riesgo en esta enfermedad. 

Además se iluminará de granate los Cuatro Postes a las 20,00 horas.

En la presentación de este día mundial se hizo especial hincapié en la importancia de la prevención. El gerente del Complejo Asistencial, Carlos Navarro, recordó que el 10 por ciento de la población tiene alguna enfermedad crónica que no es detectable hasta que está avanzada y hay que recurrir a diálisis o un transplante. Por ello abogó por tomar conciencia y fomentar la detección precoz. 

El jefe del Servicio de Nefrología incidió aún más en estos aspectos, además de querer mandar un mensaje de solidaridad con los pacientes renales de Ucrania que tienen «difícil dializarse allí».

Insistió en que la enfermedad renal es un problema de salud pública, esa «asesina silenciosa» que afecta a uno de cada cuatro personas entre 64 y 75 años y a la mitad de los mayores de 75 años. Esto ha hecho que la Organización Mundial de la Salud la incluya dentro de las diez enfermedades no infecciosas más mortales.

En España hay «un tratamiento excelente en estadios avanzados» y es líder en número de transplantes por millón de personas. Y esto sucede a pesar de que en la pandemia se bajó un 21 por ciento el número de trasplantes, su cifra ya se está recuperando. Puso de ejemplo el caso de Ávila donde hace un mes se trasplantó a cuatro pacientes en un periodo de dos semanas.

Defendió la importancia de fomentar el diagnóstico precoz, para lo que echa en falta planes de prevención, especialmente en pacientes diabéticos, hipertensos, con antecedentes familiares de enfermedad renal, obesos, fumadores o que estén por encima de la edad media de vida.

 Se refirió a pruebas sencillas como analíticas de orina y sangre para adelantarse al avance de la enfermedad que es muy «silenciosa» y que puede hacer que se haya «perdido un 90 por ciento de la función renal y no haya síntomas».

También reclamó planes de mejora de la calidad de vida para personas con la enfermedad avanzada.

Recordó además que los riñones tienen «muchas funciones, más allá de la orina», por ejemplo ayudando a producir sangre, aumentar la rigidez del esqueleto, controlar la tensión o equilibrar los órganos. Por ello se refirió a las reglas de oro de mantenerse activo, tener una dieta saludable, comprobar los niveles de glucosa y la tensión, tener una ingesta de líquidos adecuada, no fumar, no automedicarse y comprobar la función renal si hay factores de riesgo.