Gonzalo M. González de Vega y Pomar

En mi azotea

Gonzalo M. González de Vega y Pomar


Museo de Semana Santa

29/01/2022

De lleno en la campaña electoral escuchamos y escucharemos propuestas y promesas de los diversos partidos que se presentan a los comicios del 13 de febrero. Algunas de esas propuestas y promesas son archiconocidas por todos los abulenses, quienes llevamos oyéndolas hace varias legislaturas, pero luego quedan, como está demostrado, en el olvido hasta nueva convocatoria, que volverán a ser las «ofertas estrella» de los cabezas de lista de cada candidatura. Estarán seguro, por señalar algunas, aquellas que llevan prometiéndonos y asegurándonos hace mucho como la autovía A40 entre Ávila y Maqueda (Toledo); el palacio de Los Águila como subsede del Museo Del Prado –llevan prometiéndolo desde 1998– cuando su director, Miguel Falomir, declaró hace pocas fechas que «no abriremos subsedes Del Prado, pero podemos reforzar museos en toda España». Hablarán de solucionar rápidamente los servicios de RENFE, que cada día van a peor, o la apertura definitiva, a ver si es verdad tras varios años de espera, de la Unidad Satélite de Radioterapia, que tanta falta hace a quienes padecen de cáncer y tienen que ser atendidos en Salamanca con viajes que les suponen demasiadas horas desde que les recogen en casa hasta que regresan a la misma. Y así podríamos continuar escribiendo para recordar lo mucho que se les abre la boca a los políticos cuando les interesa recoger votos para luego dedicar sus esfuerzos a lo que menos interesa a la ciudadanía.
En esta recién iniciada campaña electoral algunos se centrarán, además, en pedir hasta la saciedad la dimisión del ministro Garzón, en denunciar día a día el reparto de los fondos europeos en España cuando la Comisión Europea asegura que su ejecución «cumple los objetivos» y respeta la legalidad de la Unión Europea, así como en otros temas que no son tan prioritarios para los castellanos y leoneses.
En Ávila capital sí se va a hablar, hasta el próximo 13 de febrero, de la creación del tan deseado Museo de la Semana Santa como si fuera algo nuevo cuando, desde 1988, los distintos presidentes que ha tenido la Junta - Pascual García Moreno, Fernando J. Jiménez Prieto, Manuel Enríquez, Emilio Iglesias y Ernesto J. Gómez Ferreras- han trabajado por su logro sin resultados positivos.
Primeramente, solicitaron, antes de su reconstrucción, pudiera levantarse en la iglesia de San Francisco de donde salió la primera procesión de la Vera Cruz. No fue posible y años más tarde comenzarían las obras de restauración para dejarlo como está e inaugurarse como auditorio ahora hace diez años. Después se intentó estuviera en la nave que tienen en el polígono de «Las Hervencias» realizando un proyecto el arquitecto Ramón Oria. No pudo salir adelante por falta de recursos económicos.
Tampoco pudo alojarse en el antiguo matadero, como se propuso en varías ocasiones y el arquitecto José Ignacio Paradinas redactó un proyecto, porque era inviable económicamente ni más tarde en la iglesia de San Andrés ya que, por la estrechez de sus puertas, no cabían muchos de los pasos.
En 2009 hubo una propuesta, entre Ayuntamiento, Junta de Semana Santa y Cruz Roja para adquirir unos terrenos, entre la Avenida de Madrid y la calle Ajates –donde estuvo la chatarrería 'Cantera'– donde, además de construir un gran aparcamiento que sería explotado por una empresa, levantar un edificio de dos plantas. En la primera se ubicaría el Museo religioso y en la segunda las dependencias de Cruz Roja y la sede de la Junta. La crisis económica de 2008 dio al traste con ello. Otra idea que conocemos para su ubicación era, si se cerraba al culto como se había comentado en varias ocasiones, la parroquia de San Juan, donde tiene su sede de la Hermandad de La Esperanza. Tampoco. La parroquia sigue abierta y no hay visos, de momento, para su cierre a los feligreses. 
No se descartó, si el contenido del Museo de Ávila era trasladado al palacio de Los Águila, montarlo en la plaza de Nalvillos. Propósito que se paralizó y ahora la Junta, quizás por el no a sede del Prado, ha vuelto a manifestar la posibilidad de llevarlo al palacio de la calle de López Núñez. Podría ser la solución y si algún partido político, tras reunirse con miembros de la Junta de Semana Santa, lo toma como promesa electoral  que se haga realidad para, después de muchos años, tener el Museo de Semana Santa.