Editorial

La reconversión de la planta de Nissan avanza en positivo

DAV
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Han sido años convulsos, con noticias confusas alrededor del futuro de la planta de Nissan en Ávila, referente industrial de la capital. Sin embargo, como en cualquier tempestad, después parece llegar la calma. Y no es fácil, porque vivimos una época complicada desde el punto de vista empresarial, con una crisis energética que afecta de lleno a los procesos industriales. Pero, aun así, la planta de Nissan en Ávila está capeando con holgura el temporal y creciendo a buen ritmo. 

No todo el mundo confiaba en la conversión de una planta de fabricación de vehículos industriales en una planta de recambios. Pero recién terminado el año 2022, hay que dar a Nissan el voto de confianza que se ha ganado en estos últimos años con un proyecto arriesgado, pero con futuro, y del que plantó la semilla el ejecutivo José Vicente de los Mozos. Se ha dicho en multitud de ocasiones que era la única salida, o el cierre o la reconversión, y a la vista de los datos, parece que la decisión fue más que acertada.

Hay que reconocer que este proceso de transformación no ha resultado gratis para nadie. Todo lo contrario, ha supuesto unas sumas de dinero importante –de la marca nipona y de la administración–, pero también ha supuesto un esfuerzo de los trabajadores, que han vivido demasiado tiempo en un clima de tensión laboral que no facilitaba la productividad. Y cuando hablamos de empleados, hay que mencionar a todos, desde la cabeza hasta el último escalafón. En la adaptación de todos al nuevo momento, en su profesionalización y en el esfuerzo formativo está parte del éxito de este proceso. Hasta el punto de que, afortunadamente, la planta está a punto de recuperar el pleno empleo en este 2023, tal y como estaba previsto en los acuerdos, pero en los que no todos confiaban. No en vano, actualmente ya hay una media superior a 400 trabajadores en la planta, cuando se calculaba, para estas fechas, unos 350. Y todo ello, cabe volver a recordar, en un contexto de crisis.

En todo este proceso, Ávila se ha convertido en un punto estratégico para una comunidad que apuesta por el sector de la automoción como una de sus principales bazas de crecimiento y desarrollo económico. El tradicional eje Palencia-Valladolid, de gran potencia industrial en el sector, con las factorías de Renault, se ha convertido en un triángulo al que se ha incorporado Ávila como parte de la Alianza Nissan-Renault. De hecho, ya no serán solamente piezas de recambio las que aquí se fabriquen, sino que se construirán piezas para modelos que están fabricándose en serie en estas fábricas. Y este hito tampoco no hay que perderlo de vista.

Nissan comienza este 2023 con ilusión, y eso ha de trasladarse a la sociedad abulense que tanto ha dado a la fábrica durante todos estos decenios. Hay que confiar en que así sea.