«La Inquisición española fue la más benigna de toda Europa»

D.C
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Sandra Aza, abogada y escritora apasionada por la Historia, participó en el ciclo 'Literarios' hablando sobre la 'leyenda negra' de ese tribunal religioso

Sandra Aza, abogada de éxito a la que la pasión por la Historia la llevó a dedicarse a la escritura y publicar en 2020 la exitosa novela Libelo de sangre, participó este lunes en el ciclo 'Literarios' de Fundación Ávila, coordinado por Gemma Orgaz, para hablar de uno de los temas que reconoció que siempre «me han apasionado», el de la Inquisición española, reivindicando la verdad por encima de la leyenda que siempre la ha perseguido.

Tras explicar que aquel tribunal religioso «es uno de los tres pilares de la 'Leyenda negra' española, junto con la conquista de América y Felipe II», quiso dejar en principio claro su convencimiento de que «la Inquisición española, comparada con la que se desarrolló en Europa, no fue tan mala; los españoles nos hemos llevado toda la mala fama en ese campo, a pesar de que la Inquisición española fue una de las más benignas».

En su afán por llegar al máximo nivel de verdad, reivindicó Sandra Aza la necesidad de «no juzgar a este tribunal desde el punto de vista de hoy, porque hay que tener en cuenta que en aquella época gobierno, política y religión iban de la mano y para gobernar un territorio se necesitaba una unidad religiosa. Este era el pensamiento de todos, y por eso la religión era un pilar básico de la sociedad y no se concebía no creer en Dios».

«El hecho de juzgar a aquel tribunal religioso con la visión del presente –añadió– es absurdo, hay que retrotraerse a la época y contextualizar; y partiendo de esa base de no criticar y no censurar una institución que en aquella época era normal, yo afirmaría que la Inquisición española fue la más benigna de toda Europa, entre otras cosas porque transcribía absolutamente todo lo que ocurría en los procedimientos y de ahí se han podido sacar una serie de datos que ha sido imposible extraer del resto de las inquisiciones europeas, que no transcribían su actividad, no tenían procedimiento, no tenían ninguna garantía, y para saber que fueron muchísimo más sangrientas que la española solamente nos tenemos que ir a los datos, que lo reflejan todo».

Que a pesar de esa diferencia a favor de la Inquisición española sigamos pensando que «fue más cruel», añadió, tiene su razón de ser en que «nosotros mismos nos lo hemos creído; hay algunos autores que dicen que no existe esa 'leyenda negra', y lo mismo es verdad porque al final no es que hubiese una confabulación contra España desde el siglo XV, simplemente empezaron a luchar contra un imperio que era imbatible porque todo lo imbatible genera odio, inquinas, y los demás países intentan derrotarlo. Así empezó, pero al final se fue acrecentando con una serie de imágenes, prejuicios y estereotipos que nosotros mismos hemos creído, y al creérnoslo nosotros somos los que más lo hemos potenciado. En realidad España, como cualquier otro país, tuvo sus luces y sus sombras, pero nos dedicamos a cebar las sombras y a minar las luces o al menos no mencionarlas, no sea que los de enfrente se molesten, algo que ocurrió también cuando no celebramos en 2019 el 500 aniversario de Hernán Cortés porque era un tema polémico para México».

historia politizada. «El problema de estudiar la Historia», siguió reflexionando Sandra Aza, «es cuando se politiza, y en España ocurre que si dices que la Inquisición no fue tan mala te dicen que eres de derechas, y si dices que fue horrible es que eres de izquierdas, pero no tiene que ser así: la Inquisición fue lo que fue, buena para unas cosas, mala para otras, y en general una cosa oscura, tanto en España como en el resto de países, y decirlo no significa que seas de una ideología política o de otra. La Historia ocurrió como ocurrió, y hay que contarla tal cual ocurrió, sin entrar en prejuicios, porque la Historia no se juzga, se estudia y se cuenta, pero en el momento en que empezamos a politizar nos equivocamos».

«Nosotros hemos potenciado la 'leyenda negra' creo que por el complejo de inferioridad del grande, porque el grande al final o tiene complejo de superioridad o de inferioridad, y nosotros nos quedamos con el segundo». En cualquier caso, «nos falta por conocer mucha verdad de lo ocurrido. Yo siempre digo que ni es verdad todo lo que nos han contado, ni nos han contado todo lo que es verdad; hay más contadas verdades que verdades contadas, nos hemos quedado un poco en el morbo, en esa imagen de la Inquisición quemando por doquier, y no es así».

Entrando a la fortaleza de los datos, dijo que «en tres siglos y medio la Inquisición española condenó a 5.000 personas, 10.000 según los datos más pesimistas, algo terrible sin duda ninguna; pero si nos vamos a la 'noche de san Bartolomé' en París en 1572, cuando los católicos se enfrentaron con los hugonotes, los protestantes del momento, murieron 3.000 personas. Es decir, que en solo una noche los católicos franceses mataron a 3.000 protestantes, y la Inquisición española en tres siglos y medio mató a entre 5.000 y 10.000 personas, que es una barbaridad, pero si comparamos vemos que la 'leyenda negra' es falsa».

Y, siguió abundando en los datos objetivos, «no olvidemos a las 50.000 mujeres, según los datos más optimistas, que quemaron por brujas en Alemania; aquí se habla de los juicios de Zugarramurdi, pero nadie dice que fue el único juicio que hubo en España por brujería, y que quemaron a seis personas, no fue una cremación de dimensiones satánicas, aunque fuese también una barbaridad, pero se salvaron las demás, y precisamente gracias a un inquisidor… pero siguiendo con el tema de la 'leyenda negra', aquí solo hablamos de Torquemada, otro a quien habría que estudiar más a fondo».

«Hace falta más estudio histórico para conocer la verdad en su justa medida, nos hemos quedado en el morbo y en la película, y de lo que se trata es de conocer un procedimiento como realmente sucedió, sin entrar en prejuicios de si eran malos o buenos. A lo mejor dentro de dos o tres siglos miran lo que hacemos nosotros y, por ejemplo, nos tachan de bárbaros por la cadena perpetua, y a nosotros hoy nos puede parecer normal, e incluso hay gente que se queja de que el condenado con esa pena pueda salir a los 20 años».

A modo de reflexión final, manifestó la ponente que «cada momento histórico tiene su verdad, y verla después con los ojos de cada momento puede ser muy equivocado; hay que poner cada cosa en su contexto para intentar entenderlo lo mejor posible y contar la verdad, con sus luces y con sus sombras, porque España las tiene como el resto de los países».