El Real Ávila quería «enganchar» dos buenos resultados. Se los pedía a sí mismo un equipo que tenía claro que necesitaba escapar del «bloqueo» en el que se veía desde que comenzó la temporada.Porque desde que arrancó el curso los encarnados habían sido un equipo de idas y venidas, de momentos, a ratos buenos y a ratos malos. «Tenemos que atar mucho más los partidos. Que lo que nos pueda pasar sea más por mérito del rival que por demérito nuestro» decía Rubiato tras la derrota ante La Virgen del Camino. «Muchos partidos se nos han escapado por detalles» comentaba tras el empate (0-0) ante el Bembibre. A la vuelta de la esquina tenía entonces al Tordesillas, un partido «vital». Lo sacó adelante (2-0) el equipo. «Tiene que ser la línea a seguir» marcó Rubiato, que vio en los suyos un equipo «serio, bien armado». De todo aquello, esto.De todo ese camino, lo ocurrido este fin de semana.Porque en el Mariano Haro el Real Ávila conseguía este domingo por primera vez encadenar dos victorias consecutivas. Y lo hizo en una tarde en la que el Real Ávila, por primera vez, fue durante 90 minutos el equipo que todos quieren y esperan. Un equipo con autoridad, pegada, trabajo, solidaridad, personalidad... Porque recursos tiene los suficientes como para sacar adelante los tres puntos sin apelar a la heroica de los minutos finales o acabar pidiendo la hora de manera agónica.

Ante el Becerril hizo un buen partido de inicio a fin, de los que tanto se le venía pidiendo al equipo encarnado pero que tanto había costado encontrar. Bien es cierto que en el arranque del partido Blanco estrelló un balón en el poste, pero fue un mero apunte en una tarde en la que el conjunto del Adolfo Suárez lograba «enganchar» ese par de buenos resultados que tanto buscaban.  

  Dos triunfos consecutivos –Tordesillas y Becerril– no sólo para estar en la pelea por los playoffs de ascenso sino para dar tranquilidad al equipo y el entorno. «Los objetivos no se consiguen al principio» recuerda el técnico encarnado en una jornada en la que se constató el 'derrumbe' del Salamanca UDS. Dos puntos de los últimos doce sitúan al equipo deMaría Hernández en el ojo del huracán. Serán los primeros rivales de los encarnados con el inicio del 2023. Quién sabe si con el técnico salmantino al frente del proyecto.

Pero antes de ello hay que cerrar el 2022 manteniendo la línea. Porque el año acabará este domingo ante un Numancia B que ha buscado en Pablo Cortes, nuevo entrenador, el revulsivo para salir del descenso. Una jornada en la que jugarán el Mirandés B - Arandina y Almazán - Tordesillas. «Todo se está apretando mucho» valora el técnico. Una tercera victoria podría llegar con el premio de los playoffs.Sería un regalazo de Navidad.