Una tarde poniendo a prueba el equilibrio

M.R
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La pista multiaventura instalada este sábado en la plaza de la Catedral por el Ayuntamiento de Ávila fue un éxito de participación a pesar del sofocante calor que hizo durante buena parte de la tarde

Una tarde poniendo a prueba el equilibrio - Foto: David Castro

Gonzalo, de ocho años, se quitó el casco y el arnés emocionado, después de haber completado con éxito todo el recorrido de la pista multiaventura que, casualmente, encontró instalada en la plaza de la Catedral mientras paseaba por el casco histórico de Ávila junto a sus padres. «Mola un montón», les dijo, sin ocultar su satisfacción. Así es que no dudó en ponerse de nuevo a la cola para aguardar su turno y dar otras dos vueltas a la pista multiaventura, instalada por el Área de Juventud del Ayuntamiento de Ávila, dentro del programa Kedada que apuesta por fomentar el ocio alternativo y saludable entre los más jóvenes. 

Ni a Gonzalo ni al resto de los chavales que disfrutaron de la actividad les importó demasiado el sol de justicia y las elevadas temperaturas que marcaron los termómetros durante buena parte de la tarde. De hecho, algunos de los adultos que esperaban a los niños mientras completaban el recorrido lo hacían en la escasísima sombra que poco después de las siete de la tarde había en la plaza de la Catedral. Los chavales, eso sí, acababan pidiendo agua para refrescarse tras el esfuerzo físico realizado. «Es una pista multiaventura en la que tienen que ir completando distintas pruebas con las que se fomenta la psicomotricidad y el equilibrio de los chavales», nos explicaba el encargado de la empresa 'Un torrente de aventuras', tres de cuyos monitores estaban pendientes de colocar a los niños los  arneses y otros elementos de seguridad, así como de cualquier ayuda que necesitaran durante el recorrido. «La primera vuelta van más lentos, con más prudencia, pero una vez que se ven capaces disfrutan mucho más de la segunda, por eso casi todos repiten», indicaba el responsable.

La actividad, en la que podían participar chavales de entre cuatro y doce años, se prolongó entre las seis de la tarde y las diez de la noche, siendo precisamente las horas en las que fue cayendo el sol las más propicias para disfrutar de una actividad a la que el viernes le precedió un rocódromo. 

Niños de Ávila y también turistas compartieron una tarde de multiaventura de la que, seguramente, no les resultará difícil olvidarse.