Jorge M. Molinero, autor de los poemarios Gominolas en los bolsillos, La cuarta hija de Rosa, Nos prohibieron bailar, Quality Control G00497T y Bluebird & breve antología del daño, presentó en Ávila, en el escenario de Librería Letras, el último libro que ha publicado, titulado La ceguera del lanzador de cuchillos.
Con el circo que montó a finales del siglo XIX Buffalo Bill como excusa argumental (o inspiradora), «campan en ese escenario de cartón-piedra que es el libro sioux, cosacos, malabaristas, águilas humanas y los raros, los freaks, los incomprendidos a ojos tanto del domador como del lanzador de cuchillos, tan ciegos y estúpidos como el espectador, que solo aplaude el tartazo y el tonto resbalón del payaso».
Todo ello, explicó Molinero, da forma y contenido a «un poemario muy político que, vertebrado a través de ese mundo del circo, habla sobre todo de la decepción que supuso para mí el final del movimiento 15-M, de la ilusión que generó en muchos y también de cómo nos cargamos nuestra propia revolución».
Normalmente, añadió, «los libros políticos suelen ser bastante panfletarios, porque pregonan algo, pero aquí lo he abordado desde mi propia culpa, utilizando imágenes del circo y bastantes personajes para hablar de mi culpa y también de la inmovilidad en la que vivimos instalados y que nos ha llevado a no hacer nada». En su opinión, siguió comentando, «no hay remedio para esa oportunidad perdida, es desesperanzador, y por eso hablo de que ya no hay más oportunidades».
Consideró Molinero que «hay intereses ocultos para que no consigamos lo que queremos, hay poderes que mueven por nosotros unos hilos a veces insospechados, y de eso hablo también, de como nos hemos dejado engañar o de como nos han 'metido' cosas que siendo mentira nos hemos creído la mayor parte de la población».
Ya el título, que alude a la ceguera de un personaje del circo que debe tener una agudeza visual extraordinaria para no causar un drama, abre una puerta a la inseguridad, casi al miedo, y «la he elegido como metáfora porque en eso que decía antes de la variedad de personajes no siempre podemos saber quién es quien, a veces me puedo sentir como un monstruo raro que piensa distinto, pero otras como un sioux que se ha dejado llevar, porque los poderes políticos y mediáticos nos mueven… es todo un poco confuso».
Aunque habitualmente la poesía toca temas alejados de la rabiosa actualidad, comentó Molinero que «defiendo que la política cabe en la poesía; la poesía tiene en cierto modo mala fama y creo que es porque lo que nos obligan a leer en los institutos no lo es todo; hay mucha variedad en ella, hay otros tipos de poesía, para todos los gustos, y todo el mundo tiene una poesía que le va a encajar, también la política».
Sobre la aceptación que ha tenido este último libro, comentó que «partiendo de que la poesía es muy minoritaria sí he notado que este libro ha tenido un mayor silencio que los anteriores míos en los medios, el anterior era más lírico y tuvo mayor aceptación, pero para este ha habido un mayor silencio que imagino que responde a que la temática que abordo puede molestar, es decir, que ser políticamente incorrecto aún se paga».