La micología y su poder de atracción

I.Camarero Jiménez
-

El curso intensivo, teórico y práctico, que planteó el Ayuntamiento para la jornada de domingo en las IX jornadas sobre setas se llenó para escuchar las explicaciones del experto Vicente Sevilla

La micología y su poder de atracción - Foto: Isabel García

Generalmente las actividades que programa el Ayuntamiento en el Centro Medioambiental San Nicolás cuentan con un gran respaldo y la organizada este fin de semana no fue la excepción. Tocaba poner en marcha las siempre atrayentes Jornadas Micológicas, que ya alcanzan la IX edición y desde luego que contaron con el beneplácito de los aficionados. 25 plazas había y 25 se cubrieron dejando además una gran lista de espera por si alguien fallaba.

El poder de atracción de las setas la verdad es que va 'in crescendo', pero es que Ávila de algún modo es sinónimo de micología. Un amplio mundo que es capaz de crear adicción porque implica salir al campo y eso, no nos engañemos, es una delicia. Además, las jornadas, este año, han contado con un rostro conocido, el de Vicente Sevilla,  experto micólogo, naturalista, de voz inconfundible y más que reconocible sobre todo si se han parado a ver el programa 'El señor de los bosques' que emite la 2. En no pocas ocasiones ha recalado con él en Ávila y ayer lo hacía directamente para impartir la jornada intensiva, teórica y práctica, con las que desvelar algunos secretos de los hongos. Por la mañana hicieron una salida de campo y el hecho de ser sólo 25 alumnos tiene su razón de ser en que: «No podemos predicar una cosa y luego hacer una distinta y amí no me gusta sacar mucha gente al monte». Y es que el respeto a la naturaleza es intrínseco a las jornadas micológicas. «Para preservar hay que controlar», aseguraba. 

Para las sendas prácticas, en Ávila tenemos la suerte de tener muchos hábitats muy cercanos a la capital así que poco tiempo se perdió en desplazamientos. Hasta 40 tipos de setas diferentes consiguieron recolectar durante la mañana para después ponerlas en común por la tarde. Todo de forma muy amena y sin intentar agobiar con conceptos. 

El hecho de que se pudieran recolectar tantos hongos a las alturas de otoño tan avanzado en el que estamos tiene su razón de ser, por un lado porque se han visitado diferentes ecosistemas «como encinares, pinares o campo abierto»; y por otro, y ante todo  porque  «el cambio climático es evidente y el campo está acorde con ello», decía Sevilla. En el centro peninsular de algún modo vamos con una estación atrasada: «Lo que hemos recogido hoy antes lo hacíamos en septiembre y ahora septiembre es pleno verano». Es decir, recopilaba, «estamos entrando ahora en el otoño, pero mucho más amable y menos complicado de nieve y de hielo y que durará casi hasta navidades».

Durante la intensa jornada se explicaron algunas variedades de setas, la toxicidad de otras y la forma de distinguir algunas de sus parecidas no comestibles. Al fin y al cabo ahondó en setas que «tengan algo que contar, que tengan una historia y que sean reconocibles». Cortinarios, russulas, amanitas... se pusieron sobre la mesa despertando un inmenso interés entre los asistentes que, damos fe, acabada la magistral lección no tenían ninguna gana de abandonar el aula que tanto conocimiento les había aportado durante un domingo que resultó de lo más productivo.

El curso desde luego muy interesante pero es que en Ávila tenemos un filón. 

Lo importante es que los participantes se fueran con tan buen sabor de boca como el profesor, Vicente Sevilla y éste reconoció que así fue porque al fin y al cabo enseñar el papel de los hongos en la naturaleza es importante y retroalimentarse con lo que aportan los alumnos, también.