El grupo Tidop muestra el Cielo de Salamanca

B.M
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El equipo de investigación de la Escuela Politécnica da una nueva vida con un trabajo en 2D y 3D a este recurso de la universidad salmantina, que será su primera «patente en el metaverso»

El grupo Tidop muestra el Cielo de Salamanca

El cielo de Salamanca, uno de los atractivos de la Universidad de Salamanca, ahora está más cerca de todo aquel que lo quiera conocer gracias al trabajo realizado por el grupo de investigación Tidop (Tecnologías de la Información para la Digitalización Inteligente de Objetos y Procesos), que desde la Escuela Politécnica de Ávila ha conjugado dos técnicas para recogerlo y poderlo mostrar desde una perspectiva única. Como si tuviera una nueva vida. Un ejemplo de ello es el audiovisual que se puede ver estos días en el Planetario de Madrid y que recoge este trabajo.

Según explica Diego González Aguilera, director del grupo, lo que han hecho es aplicar dos técnicas que «al conjugarse le da cierta originalidad, nadie lo ha hecho». Es una técnica de imagen de hiperresolución, «que nos permite ver el Cielo de Salamanca con una resolución que el ojo humano no puede ver, prácticamente percibir el relieve del óleo cuando nos acercamos o cualquier tipo de patología que pueda tener». Esto se ha integrado con una imagen tridimensional, «tener el Cielo de Salamanca en tres dimensiones». Todo esto está en un repositorio público y la idea es además «subirlo al metaverso, lo que implica registrar la propiedad intelectual de este trabajo, de esta digitalización, «con lo que se llama NTCS, que son la forma de encriptación de este tipo de obras», como ya lo han hecho artistas para proteger sus obras de arte. Son como archivos digitales encriptados para garantizar la autoría del trabajo.

Precisamente, lo que se pretende con este paso es garantizar esta autoría por parte del grupo, que sería en primer NTCS de la USAL, como «la primera patente en el metaverso».

Repasando lo que supone el Cielo de Salamanca históricamente, recuerda González Aguilera que es un lugar que estaba encima de la capilla del Edificio Histórico, que en el siglo XV se construye para alojar una serie de libros y, de alguna forma, parte de la biblioteca original de la Universidad de Salamanca, que estaba en todo su apogeo. Se considera que en este espacio se podía «realizar una especie de planetario para reforzar las explicaciones de clase de una forma visual, como un aulario de prácticas». Esto lleva a que se plasme con óleo y temple una representación astronómica de lo que en ese momento se conocía.

Cuando se producen una serie de reformas en el edificio histórico se plantea en una votación qué hacer con el lugar y se habla de derribarlo aunque «afortunadamente esa votación no sale adelante y se decide taparlo» con un falso techo encima de la capilla. Siguen las reformas y finalmente dos tercios del Cielo de Salamanca se acaban perdiendo y queda un tercio, muy dañado.

Posteriormente lo que se hace es llevárselo, con una técnica específica, al sitio donde está hoy, que es el patio de Escuelas Menores. En el lugar actual, relata González Aguilera, está ese tercio del cielo y allí es donde interviene el Tidop.

Y lo hace porque en este año 2022 «se daba la circunstancia que la disposición de los planetas y las constelaciones de estrellas que aparecen representadas iban a coincidir con la realidad, lo que podíamos observar». Es algo que tuvo «un impacto mediático muy grande» porque no sucederá hasta «dentro de muchos años» y hace incluso que se haya llegado al Planetario.

Y es por eso que el grupo ha intervenido y se cuente con esta 'recuperación. Existen links para poder acceder a este trabajo, lo que se logra tras un trabajo de un día entero tomando datos, con todos los sensores, aunque después se necesitó un mes para procesarlo. Para lograrlo se contó con tres personas del grupo, el propio Diego González Aguilera, junto con Jorge López Rebollo y Luis Javier Sánchez Aparicio, además de Carlos Tejero Prieto por parte de la USAL.