Subvención para crear un comunidad energética en Albornos

J.M.M.
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Dentro de las subvenciones concedidas por el Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico, el proyecto lo desarrollará junto con Muñomer del Peco y Narros de Saldueña

El Ministerio para la Transición Ecológica y Reto Demográfico ha concedido al Ayuntamiento de Albornos una subvención de 69.634 euros para el proyecto de creación de una comunidad energética local formada por los consistorios de Albornos, Muñomer del Peco y Narros de Saldueña.

Según se ha informado desde el Ayuntamiento de Albornos, esta resolución, que aún es provisional, se enmarca dentro de la convocatoria para la concesión de subvenciones para la financiación de proyectos promovidos por entidades locales para la innovación territorial y reactivación de la actividad socioeconómica y lucha contra la despoblación, durante el ejercicio 2022.

Según se recalca desde el Ayuntamiento de Albornos, el objetivo de la comunidad energética local consiste principalmente en un aprovechamiento de la capacidad de generación eléctrica o térmica, una mejora de la eficiencia energética o un desarrollo de sistemas de movilidad sostenible, con potencial para un desarrollo de la gestión de la demanda en futuro. A través de la inversión en estas medidas, los actores de la comunidad energética podrían beneficiarse adicionalmente. Por otra parte, la comunidad o el área local, se beneficiaría en términos medioambientales y sociales. Y es que las comunidades energéticas son, principalmente, un concepto social, donde la gobernanza de ciudadanos, pymes y autoridades locales prima.

Las comunidades energéticas pueden llevar a cabo múltiples actividades: producir, consumir, almacenar, compartir o vender energía. Según precisan desde el Consistorio de Albornos, un ejemplo de este tipo de actividades en las que se pueden basar son el autoconsumo o la generación distribuida, que suponen un factor importante para el ahorro económico de muchas familias, especialmente para las más vulnerables, pudiendo de esta forma hacer frente a la pobreza energética. Además, se evita la dependencia sobre las compañías eléctricas convencionales y se aumenta la competitividad en la industria. 

También se destaca que los beneficios ambientales son importantes, con una disminución de la energía consumida, un aumento de energía renovable distribuida o una reducción de los combustibles fósiles utilizados, así como los sociales, con el empoderamiento ciudadano, la creación de empleo local, la creación de un tejido comunitario o la reinversión de los beneficios de la actividad en los aspectos prioritarios para la comunidad. 

Como se puede observar, una mayor participación de la ciudadanía en el sector energético es crucial para el cambio y refuerza el papel de los ciudadanos y garantiza el derecho de acceso a la energía.