Abel Veiga

Fragua histórica

Abel Veiga


Centrémonos

08/11/2022

Estamos en recesión técnica. Pero esto parece que a nadie importa. Todo es grueso calibre o vale para desgastar al adversario. Esta ha sido una semana de profunda agitación y donde la sensación que sufre más desgaste es el líder de la oposición. El gobierno con Sánchez a la cabeza se lanza a esa catarata de ataques que cuestionan la solvencia y la capacidad de gestión de Feijóo, que ha acreditado que es mucha a lo largo de estos años, pero la lluvia, fina y tergiversada, desgasta porque la gente traga con ruedas de molino. Entre tanto, los problemas nerviales de este país no se atacan. Ni se explican. Cómo no van a aceptar Portugal y Francia la excepción ibérica, si Portugal se lleva 700 millones de euros que pagamos los contribuyentes españoles a propósito de la crisis energética y Francia algo más del pellizco. Pero aquí paz y todos gloria.
De pronto la noticia es la exhumación del general Queipo. La historia ya le juzgó hace mucho y los vídeos históricos de las declaraciones del militar antes de la guerra y durante llenan hemerotecas. Pero vende. Claro que vende. Como los asesinatos de Eta. Cada uno utiliza unos y otros. Y lo de dejar a los muertos en paz nadie hace caso. Es desgraciadamente una sempiterna cantinela que azota y derrota, porque todos perdemos. Nada hemos aprendido. Pero la hojarasca sigue en el lodazal de idas y vueltas como una noria que gira y gira sin detenerse. Perennemente. La España de sacristía y Frascuelo queda muy atrás, por suerte, mas no aprendemos. 
Hoy la noticia es otra vez los impuestos a las energéticas, a la Banca, el Banco Central empero que hay que repercutirlo a los clientes, esto es, consumidores, otra cosa es la banca privada y de inversión y un largo etcétera.
Siguen tirando fuegos de artificio y parece que todos nos acostumbramos ya a verlos siquiera de reojo porque al final siempre es más de lo mismo. Confusión y ruido. Mediocridad a raudales y una sociedad silente, quejumbroso y a lo suyo. Ya sabemos que no se vota al propio sino que se vota contra el otro aunque no nos guste el propio. De eso sabemos demasiado todos. En España lo malo no es la envidia, sino como dijo aquél cómico y actor, pero también académico de número de la Lengua, lo malo es el desprecio con que tratamos al otro. Sí, Fernando Fernán Gómez.
Ay esta España carpetovetónica y satírica a la vez. Deudos y tribunos de pasados efímeros a veces gloriosos a veces sangrientos y donde nos tiramos piedras a nosotros mismos. Sigamos sin centrarnos. Esperando a no se sabe muy bien qué y por qué. Pues el para qué llegará cuando el desastre y la ruina sean mayores. Sigamos mirando con desdén hacia los problemas e instalados en el regazo magnífico que la indiferencia y la indolencia acostumbran, que así nos va y nos irá. Sin pensar en legar nada a las siguientes generaciones en medio del fango de la política y la canibalización de un discurso cada vez más endeble, fatuo y estéril. De aquellos lodos estos barros, pero la arcilla algún día se solidificará demasiado y los poros acabarán por destruirla.