El Tribunal Supremo ha dictado una sentencia en relación a los criterios que han de regir en la entrevista personal que se realiza a los opositores, tanto de turno libre como de promoción interna, que aspiran a entrar en la Policía Nacional. Un fallo que crea jurisprudencia y que, además, como apunta el abogado Joaquín Bachrani, con despacho en Ávila, es de aplicación en cualquier proceso selectivo de la administración en el que se incluya una entrevista personal.
En concreto, el Supremo admite el recurso de casación presentado por este abogado contra la sentencia dictada por el Tribunal Superior de Justicia de Madrid (TSJM )en relación al caso de un opositor que en el año 2017 fue declarado no apto en la entrevista personal, la tercera y última prueba de la oposición policial al no haber superado «los parámetros exigidos de comunicación, motivación y rasgos de personalidad».
El opositor obtuvo 48 puntos en una prueba en la que el apto se obtiene a partir de 60, sin que ni a él ni a ningún otro aspirante se le explique cuáles son los criterios para sumar y los que detraen puntuación. De hecho, el tribunal seleccionador excluyó al opositor del proceso asegurando que los resultados de la última prueba mostraron «escasa capacidad para discurrir, escasez de objetivos, fines o expectativas en relativos a su vida laboral, escaso nivel de sensatez y alto grado de infantilismo». Sin embargo, el Supremo apunta que «no se observa que se haya aplicado al aspirante antes de la entrevista, tal y como exigen las bases, ningún test de personalidad -no se indica ninguno-, ni un cuestionario de información biográfica o el currículum vítae que pudiera haber solicitado o aportado el opositor».
Señala la sentencia que resulta evidente que esta prueba, tal y como está planteada hasta ahora, no respeta los principios de «publicidad y transparencia» que rigen los procesos selectivos y que deberían figurar en las bases de la convocatoria o ser comunicados a los opositores con carácter previo a la realización de la prueba, lo que no ocurre en este caso. Y es que, entiende el Tribunal, una prueba en la que se valoran rasgos o factores de personalidad y aptitudes debe cumplir al menos las exigencias de «expresar el material o las fuentes de información sobre las que va a operar el juicio técnico, consignar los criterios de valoración cualitativa que se utilizarán para emitir el juicio y expresar por qué la aplicación de estos criterios conduce al resultado individualizado de negar la aptitud del candidato». Es más, la sentencia apunta que en este caso fue «totalmente incumplido el deber de motivación».
En resumen, apunta Bachrani, la sentencia viene a decir que «la entrevista debe eliminarse de estas pruebas selectivas, al menos tal y como está planteada en la actualidad», a la vez que expresa que la entrevista que realicen al opositor demandante y a partir de ahora a todos los opositores que lleguen a esta fase de oposición se tiene que hacer «con arreglo a los parámetros, elementos y contenidos» que expresa el Tribunal Supremo.
El pronunciamiento del Supremo, explica Bachrani, «viene a decir que no solo hay que repetir la entrevista objeto de ese recurso sino que todas las entrevistas que a día de hoy está haciendo la División de Formación de la Policía, tanto de turno libre como de promoción interna, no valen para nada porque esa entrevista es estéril, subjetiva y arbitraria».
Es más, asegura el letrado que esta sentencia, que pone en tela de juicio los criterios de «imparcialidad e igualdad» de este proceso, hace que todas y cada una de las entrevistas que se han realizado desde hace años, hasta la promoción XXXVIII que es la actual, sean «nulas», de modo que se van a estimar los recursos que en este sentido se hayan presentado en las últimas convocatorias.