Editorial

Apoyar al campo abulense es una tarea institucional y personal

Diario de Ávila
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Tenemos que garantizar, de momento para la siguiente generación, que la nuestra no sea una provincia irreversiblemente 'vaciada'

Por disfrutar de unas potencialidades productivas enormes derivadas de factores como un medio ambiente aún bien conservado y de una variedad geográfica enorme que permite contar con varios 'climas' y sus peculiaridades en muy poco espacio, además de porque las decisiones políticas cercanas y lejanas de las últimos años no nos han dejado prácticamente otra alternativa de generación de riqueza, parece evidente que una buena parte del futuro social y económico de la provincia de Ávila habrá de sostenerse, junto con el turismo rural que tanta demanda está teniendo en los últimos años, en una producción agrícola y ganadera de calidad antes que de cantidad.

Para ayudar a que ese porvenir sea lo más esperanzador posible, en lucha contra unas circunstancias complejas que a veces se ponen tozudas, se han puesto en marcha en nuestra provincia varias iniciativas de apoyo directo a los productores abulenses, entre las cuales se cuenta la constitución, hace menos de un año, de la plataforma Generación de Recursos Agrarios, Medioambientales y Alimentarios (Grama), una asociación incluida en la organización empresarial CEOE que nació para defender esa amplia variedad de productos abulenses y a quienes trabajan para que sigan existiendo con la máxima garantía de calidad, y que en este tiempo de andadura cuenta ya con unas 300 empresas de ese amplio sector.

Vivir en el campo y del campo es duro, de una dureza –no exenta también de satisfacciones personales y profesionales que tienen bastante de continuidad familiar– que sólo conocen quienes están día a día al pie de esa realidad que exige mucho y que a veces es muy desagradecida, y por eso hay que apoyar al máximo a quienes, con entrega, valentía y amor por su tierra, apuestan por mantener en este siglo XXI una forma de ganarse la vida en la que no existe ninguno de los derechos de los que gozan la mayoría de los asalariados urbanos (fines de semana libres, sueldos fijos, posibilidad de desconexión del trabajo con el que te ganas la vida…).

Apoyar institucionalmente a plataformas como Grama –igual que seguir dando vida a lo que significan iniciativas como Ávila Auténtica, de la Diputación Provincial, que da cabida a productores de alimentos muy variados a los que solamente se pide que demuestran su compromiso con una calidad más que notable–, y hacerlo también a título particular como consumidores implicados con lo nuestro, es un buen camino para ir andando con paso firme en ese camino de mantener vivo el mundo rural abulense, tan castigado desde hace tanto tiempo, y en ese camino no hay que perder el paso porque nos jugamos mucho, tanto como garantizar, de momento para la siguiente generación y luego para las siguientes, que la nuestra no sea una provincia irreversiblemente 'vaciada'.