Prácticamente nueve de cada diez abulenses tienen una línea móvil con contrato. O al menos esa era la ratio en 2020, que es el último año del que la Comisión Nacional de los Mercados y la Competencia (CNMC) ofrece datos sobre la penetración de la telefonía móvil a nivel provincial. En concreto, al término del ejercicio en el que irrumpió la pandemia el 89,5 por ciento de la población abulense, que entonces según el INE era de 158.421 habitantes, contaba con una línea de telefonía móvil de pospago, de las que en total en esta provincia había en activo 142.176. Teniendo en cuenta que en ese ejercicio con entre 0 y 4 años había en Ávila cerca de 5.000 habitantes y que entre 5 y 9 los abulenses eran 6.422 en total, podríamos afirmar que el número de contratos móviles de esta provincia es prácticamente idéntico al de población mayor de 10 años. Esto no significa, ni mucho menos, que en Ávila toquemos a una línea móvil de pospago por cada habitante mayor de esa edad, entre otras cosas porque para contratar una línea de telefonía móvil hay que ser mayor de edad, pero sí da a entender que es muy probable que muchas de esas líneas al final son utilizadas también por menores. Esa, junto con las líneas de empresa, sería la explicación a que existan más líneas móviles que población mayor de edad, una situación que no solo se da en Ávila sino que es generalizada en todo el país. De hecho, en el conjunto nacional  la implantación de líneas móviles por habitante es mucho mayor, teniendo en cuenta que según los datos de la CNMC en nuestro país el 97,6 por ciento de la población cuenta con un teléfono móvil de pospago, con 46.181.748 de líneas en total al término del año 2020.