«La holística llega adonde no llega la medicina tradicional»

M.M.G.
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Les presentamos a María Gemma Martín Herrero, filóloga de formación y experta en literatura hispanoamericana que ha redirigido su carrera profesional hacia la intervención estratégica, un campo que comienza a abrirse camino en España

«La holística llega adonde no llega la medicina tradicional»

En estas páginas les hemos presentado a escritores, actores, policías, guionistas, diseñadores, maestros... Pero nunca antes habíamos traído a nuestras Conversaciones en el Lienzo Norte a una interventora estratégica. Por muchas razones. En primer lugar, porque es una ocupación relativamente nueva. Y en segundo, porque no son muchas las personas que en España se dedican a la misma.

Una de ellas es la abulense Gemma Martín Herrero con la que descubrimos en qué consiste esta novedosa técnica de coaching estratégico que va ganando fuerza en nuestro país. 

Gemma era (es) maestra. Pero la vida le llevó a conocer primero, y profundizar más tarde en ello, la intervención estratégica. A través de ella, nos cuenta, fue encontrando su calma, su reposo. Y tras comprobar en primera persona la efectividad de unas técnicas basadas ante todo en la respiración terapéutica, decidió formarse ella misma como mentora.

A través de sus cuentas de Facebook e Instragrama (@_ikigai_coach) Gemma se acerca a aquellos que puedan precisar de sus servicios para, en definitiva, encontrar su propósito de vida, como ella misma hizo.

«Se parte de la respiración como el único sistema que podemos controlar de forma voluntaria», comienza Gemma a explicarnos la esencia de unas técnicas mediante las que, cuenta, se puede cambiar la química que llega al cerebro, haciendo de esa manera que el cuerpo funcione de una manera diferente.

«Todo es gestión emocional. Intentamos ver que lo que hasta ahora nos ha supuesto una molestia, una traba, o unas sensaciones que llevábamos arrastrando toda la vida, con la intervención estratégica se resuelve en dos sesiones», plantea su manera de trabajar Gemma, que lo define como «terapia de alto impacto».

Una terapia, prosigue hablando nuestra protagonista, «que resuelve situaciones que te han ido acompañando toda la vida» pero que quizá no sepas identificar como causantes de tu malestar, como situaciones vividas con amigos, sensaciones en el trabajo, o acontecimientos con la pareja.

¿Qué es lo primero que le viene a la cabeza sobre Ávila?

Lo primero es PAZ con mayúsculas. En Ávila respiro paz y vivo en paz: sin prisas, con tiempo para hacer gestiones, con tiempo para mi vida, para pasear para estar y sentir a las personas. 

¿Qué es lo que más le gusta de Ávila?

Destaco la comodidad de vivir en una ciudad pequeña con tanto atractivo turístico. Es una capital de provincia con riqueza histórica, arquitectónica, cultural, sin olvidarnos de nuestra gastronómica.

En cuanto a la provincia, es rica y variada en paisajes: La Moraña, el Valle del Tiétar, el Valle de Iruelas, la Sierra de Gredos... Montaña y llanura para disfrutar en cualquier época del año de las actividades que ofrece cada zona.

¿Y lo que menos?

Sé que en existen diferentes empresas pequeñas de actividad interesante para nuestra ciudad, pero aun así diría la falta de oportunidades laborales. 

Dependemos demasiado del turismo y habría que intentar diversificar la oferta empresarial de Ávila.

Un lugar de la ciudad para perderse.

¿Solo uno? Si tengo elegir... El Paseo del Rastro cualquier noche, ya sea verano, otoño, invierno o primavera.Este lugar tiene para mí cada día un encanto especial.

Recuerdo dejar a mis hijos en el colegio por la mañana y volver de camino a casa por el Rastro, alargando el recorrido, para disfrutar de la luz, la vista del valle y la sierra… ¡Hermoso!

Un recuerdo de su infancia.

Las tardes de verano montando en bicicleta por mi barrio. Era una sensación de inmensa libertad pasar esas largas tardes de verano disfrutando del sol, del buen tiempo (antes los veranos eran más llevaderos que ahora también en Ávila), de tus amigos, de tu tiempo sin prisas, sin colegio...

Un personaje abulense que le haya marcado.

Emilio Rodríguez Almeida, historiador y arqueólogo. Personaje a caballo entre dos siglos de quien los abulenses hemos podido disfrutar tanto de sus conferencias, sus estudios sobre nuestra ciudad y su presencia ya que era vecino de Ávila.

El mayor cambio que necesita Ávila es…

Mayor oferta empresarial, laboral tanto privada como pública porque eso trae consigo otro tipo de ofertas que enriquecen a la ciudad y como consecuencia al total de la población y en todos los ámbitos de su vida.

Y tiene que mantener…

Esa facilidad que ofrece una ciudad pequeña en algunos aspectos como llevar una vida más relajada, poder hacer todos los trámites necesarios en una mañana, por ejemplo, poder criar a tus hijos sin prisas y para quien ama practicar deporte...

¿Qué le parece la ciudad hoy en día?

«En Ávila parece que nunca pasa nada», me dijo una persona que llevaba poco tiempo viviendo aquí. Y parece cierto, aunque sabemos que no es así, que esta ciudad está tan viva como cualquier otra porque en ella vivimos personas.

Cuando he vuelto a otras ciudades en las que he vivido, me he sorprendido del cambio que veo en ellas y aquí, en nuestra Ávila poco ha cambiado salvo que la ciudad ha crecido en extensión.

¿Cómo ve la ciudad en el futuro?

Si continúa como hasta ahora… exactamente igual. Los jóvenes tendrán que seguir saliendo no sólo a estudiar fuera de Ávila sino también a trabajar, a vivir, a instalarse y dar riqueza, población con lo que eso conlleva a nivel impuestos y otros temas, a otras ciudades.

¿Qué puede aportar a la ciudad?

Un nuevo negocio en primer lugar. Una de esas formas de vida tan interesantes que hay en Ávila. 

Aunque lo más importante de todo sería aportar calidad de vida a sus habitantes, ya que planteo una terapia que permite a las personas enfocar su vida desde otro punto de vista, el de tomar conciencia de quién eres y qué quieres hacer en esta vida, en y con tu vida.

Lea la entrevista completa en la edición impresa de Diario de Ávila.