Editorial

Un plan de choque para frenar la subida de precios en Ávila

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Este pasado miércoles se daba a conocer el dato del mes de noviembre del Índice de Precios al Consumo (IPC), que si en otras ocasiones pasaba muy desapercibido entre la población, en estos tiempos en los que la inflación se ha convertido en el principal de los problemas de la economía de los españoles, es una cifra de la que se está muy pendiente y de la que se hacen posteriormente un montón de valoraciones.

En lo que respecta a la provincia de Ávila, los precios caían en el pasado mes un 0,5 por ciento con respecto a octubre, pero la tasa interanual se elevaba hasta el 8,4, convirtiéndose en la tercera más alta de todo el país solo por detrás de las registradas en las provincias de León con un 8,9 y Toledo con un 8,7.

La mayor subida de precios registrada en la provincia hacia referencia a los productos de alimentación, muchos de ellos de primera necesidad en la cesta de la compra de los vecinos de la provincia.

El descenso en los costes energéticos tanto de los hogares como de la automoción no lograba frenar esa tendencia alcista anual, aunque es verdad que desaceleraba el crecimiento que se mantenía por debajo de los dos dígitos, pero que aún se asomaba cerca del 10%. Una cantidad en otros tiempos desorbitada, pero que ahora parece que se mira con otros ojos después de haber tenido índices muy superiores en meses anteriores.

Para una provincia como Ávila, con unos sueldos medios más bajos que en el resto del territorio regional y nacional, una inflación de este tipo equivale a una mayor en comparación con el resto de territorios. Eso quiere decir que los abulenses estamos sufriendo la inflación con mucha más incidencia en nuestros bolsillos que el resto de los españoles, o al menos buena parte de ellos.

Alguien tendría que explicar la razón por la que una provincia como la nuestra, con unos indicadores económicos tan negativos como esos sueldos o como la tasa de paro, sufre encima una mayor incidencia de la inflación.

Dadas las circunstancias económicas que rodean a la provincia, más bien lo que tendría que suceder con la subida de precios sería lo contrario, es decir que con menor capacidad económica, menor también tendría que ser el incremento del coste de la vida.

Pero como esto no es así, es el momento de exigir medidas para que Ávila no se vea tan perjudicada con indicadores como el IPC o con otros como la tasa de paro. Con esto último se lleva muchos años arrastrando el problema y no se encuentra solución. Con lo primero se tendrían que arbitrar esas medidas o una especie de plan de choque específico para que Ávila, ya de por sí castigada por otras cuestiones económicas, al menos tuviera el respiro de la subida de precios, que en muchos casos son inasumibles por parte de las familias abulenses.