Castillos de España, revista científica con más de medio siglo de vida, presentó este martes su último número a nivel nacional desde Ávila, con la presencia de su director y parte de la junta ejecutiva, en atención a que su primer artículo es sobre la Muralla de Ávila, un trabajo de investigación titulado La muralla de Ávila, certezas y dudas del que es autora Rosa Ruiz, arqueóloga municipal.
Explica en ese artículo Rosa Ruiz, entre otras cosas, que «todas las intervenciones que se han realizado desde 2005 en la Muralla responden a un plan preconcebido aprobado en Junta de gobierno, en el cual establecemos una serie de prioridades sobre las que vamos trabajando».
Afirmó la ponente que «aunque pueda verse a la Muralla como una edificación absolutamente simple, un rectángulo con unas almenas y un adarve, es en realidad una construcción muy compleja que fue muy complicada de llevar a cabo en origen, porque fue una Muralla con un sistema defensivo amplísimo», complejidad en la que destaca «sus baluartes singulares», que responden a «un criterio artillero de defensa muy bien elaborado».
Es decir, resumió, «que nada responde en la Muralla a la casualidad, es compleja y tiene mucho más mérito arquitectónico del que puede pensarse en principio», a lo que se suma que «lo que vemos de ella, mayoritariamente, es del siglo XII, y lo que hemos hecho desde entonces ha sido conservarla, casi siempre con el mismo criterio».
También habló la ponente de cómo «las excavaciones en el alcázar han sido muy ilustrativas; del alcázar de Enrique IV no sabíamos lo que íbamos a encontrar, pero la escarpa, el foso, lo bien conservado que estaba, ha hecho que fuese una excavación muy grata, muy reveladora».
Ávila, reivindicó Rosa Ruiz, «debería estar muy orgullosa de su Muralla porque vale más de lo que nos creemos, hoy por hoy en todos los sitios están buscando cimentaciones de muralla, cómo reconstruir murallas, cómo consolidarlas, y nosotros hemos sido capaces durante muchos siglos de mantenerla, y entre otras cosas se ha mantenido no por casualidad sino por una voluntad a lo largo del tiempo del Ayuntamiento, que en todo momento la estuvo reconstruyendo; era más fácil tirar o no cuidar que reconstruirla, pero se apostó por cuidarla».
En ese campo «de defender a su Muralla Ávila fue, además, una adelantada a lo que ha significado en el presente y el pasado cercano la defensa del patrimonio, y además creo que siempre ha sido un símbolo intrínseco, pero como la vemos tan a menudo no la damos el valor que tiene, solamente cuando la gente sale fuera y vuelve dice que qué Muralla más bonita tenemos».
Y, finalizó, «cuando me dicen que después de tanto tiempo trabajando con ella ya me tengo que conocer la Muralla de memoria, siempre respondo que la conozco un 1%, que a medida que avanzo la voy conociendo más pero también surgen más dudas, más incógnitas, porque es inagotable».