La Feria de Arévalo cierra con la mirada en volver a ser anual

B.M
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La cita, que se recuperaba tras la pandemia, estrenaba este año formato en tres espacios y separaba la parte comercial, la maquinaria y lo que es institucional

La Feria de Arévalo cierra con la mirada en volver a ser anual - Foto: David Castro

La XLII Feria de Muestras de Arévalo cerró sus puertas tras cuatro día de presencia en la ciudad, lo que, más allá de todas las consideraciones, supone la recuperación de una cita tras la pandemia sanitaria. Este año ya se pudo celebrar y lo cierto es que se hizo con cambios, entre ellos la separación de los expositores en tres espacios diferentes, la carpa institucional, la parte comercial y la de maquinaria, en este último caso en el exterior.

Para el futuro ya ronda la idea de que la feria pueda ser de carácter anual. Es más, el alcalde, Francisco León, explica que «la idea es hablar con la corporación, explicarles que deberíamos volver al tema anual porque entiendo que dos años es demasiado tiempo para que se deje de hablar de la feria» y puede hacer «que se pierda interés». Con la cabeza puesta en futuras citas, afirma que esperan que se vaya solucionando el tema de disponibilidad de los tractores y se trabaje para que la Feria de Muestras de Arévalo se pueda poner «en el panorama nacional porque somos anuales, que sepan que cada año por estas fechas tienen que venir a Arévalo porque hay una feria. Que lo sepan tanto expositores como futuros clientes, que tengan en la cabeza que en Arévalo hay la feria».

Por el momento, respecto a este año destaca la «ilusión» y «las ganas» que tenían de organizarla, pero haciéndolo sin olvidar dos aspectos que consideraban fundamentales, «la seguridad y la seguridad sanitaria. Teniendo en cuenta estas dos condiciones se decide hacer la feria y cambiarla para hacerla en tres sitios, que han tenido mucha gente los tres sitios». Destaca que es «la primera vez que en feria institucional y de turismo hemos tenido a localidades como Cuéllar, Madrigal de las Altas Torres, Medina del Campo, toda la red de Conjuntos Históricos y el invitado especial, la ciudad de Alcalá de Henares», y señala que «ha ido entrando público regularmente. Tenían espacios para poder hablar en los expositores con los clientes y explicarles, tanto en las bondades de cada ciudad como en la parte comercial».

Según su opinión, ha habido algún momento, como el domingo por la tarde «en la que se aproximaba a lo que no queríamos, que se estuviera agolpado». Pero en todo caso, destaca que para él es «un éxito» estando «la situación como está» y teniendo en cuenta factores como lo que sucede con «la maquinaria agrícola, cuando los propios expositores en sus tiendas no tienen» el producto (por problemas en el suministro de un chip) y cuando se va a comprar un tractor «es para cuando puedan».

Aún así, asegura que la gente «se ha interesado por todos los vehículos y el instituto Adaja ha hecho una buena captación de futuros alumnos» con su tractor.

Este año la feria se ha dividido en tres zonas diferentes, en una parte exterior la maquinaria y en dos zonas diferenciadas, la parte institucional, con expositores de diferentes zonas y asociaciones, y en otra la comercial.

Hablando con los expositores comentaban que no se ha llegado al nivel de público que en las ferias de antes de la pandemia. En concreto, desde Dulces Artesanos (Valladolid) señalaban que han echado en falta turistas y han visto más a gente de Arévalo, que sí que repetían.

También desde Papiño, de Salamanca, hablan de que falta el ritmo de antes y no se muestran convencidos de la división de espacios, por la falta de atracción de gente que iba a ver la maquinaria y pasaba a comprar, lo que también han notado en las ventas, aseguran.

De momento lo que está claro es que se ha logrado completar una nueva edición de la feria y ya se está pensando en la próxima.