Porque no es lo mismo hablar de personas con trastorno mental que hacerlo de enfermos mentales. O porque no es igual proyectar una imagen que refleje la salud mental en positivo que hacerlo con estampas que hablen de desequilibrio o de miedo. Y porque los que nos podemos cada día delante de un teclado o en una mesa de sonido de radio también tenemos que ahondar en estos aspectos, la Federación de Salud Mental de Castilla y León junto con Faema Salud Mental Ávila y con la colaboración de la Asociación de la Periodistas de Ávila, impartía este martes el taller 'Salud Mental y Medios de Comunicación'.

Una decena de periodistas de cinco medios de comunicación con presencia en Ávila asistieron a una cita en la que Diana Gutiérrez, técnico de Comunicación de la Federación Salud Mental de Castilla y León ofreció a los periodistas las herramientas necesarias para acertar en el tratamiento de las noticias relacionadas con la salud mental.

«No hay que perder de vista los derechos», apuntaba en los primeros compases de la charla Gutiérrez, que se refería al hecho de que detrás de cada información «siempre hay personas de carne y hueso que tienen derechos».

Empezando por el derecho a que se les nombre con respeto y de manera acertada, algo en lo que, afortunadamente, se ha ido evolucionando a lo largo del tiempo.

Lejos quedan ya los términos despectivos a la hora de referirse a las personas con problemas de salud mental. Ni enfermos, ni locos o perturbados, conceptos que aunque (afortunadamente) ya nos chirríen a la hora de escucharlos, no eran tan extraños hace poco tiempo. «Suele ser cuestión sólo de la connotación», alertaba la técnico de Comunicación respecto a la importancia de elegir correctamente el término.

En primera persona. En el encuentro, en el que, por cierto, también tomaron la palabra  varias personas con trastorno mental para plantear esta realidad en primera persona, los profesionales de la comunicación también escucharon cómo es fundamental, por ejemplo, en noticias relacionadas con sucesos violentos limitarse a escribir los hechos directamente observables sin destacar el problema de salud mental y, menos aún, hacerlo como único factor; o, en la misma línea, mencionar los problemas de salud mental sólo cuando sea necesario para comprender correctamente el hecho.

Con el encuentro, en definitiva, se buscaba trasmitir a los «aliados de Faema» (como definió Inmaculada Pose, directora gerente de la entidad a los periodistas) la realidad y las necesidades comunicativas del colectivo. «Y para ello queremos acercar a los periodistas guías de estilo, recomendaciones elaboradas por los equipos de comunicación, opciones comunicativas basadas en la inclusión y alejadas de estereotipos», reflexionaba por su parte Gutiérrez.