Roberto Serna

El líder que hay en ti

Roberto Serna


La depresión no es tu lugar

04/10/2022

Si estás teniendo uno de esos días oscuros, todo está bien. Está bien sentir aquella oscuridad.
Todos tenemos días de oscuridad, algunos grandes y otros bastante insignificantes. Sin importar su tamaño, son nuestros, y hacen que no paremos de preguntarnos cómo se puede usar un corazón roto de modo que nos ayude a crecer, de modo que nos haga más fuertes, o más sabios o más ignorantes si hubiese hecho falta para no sentir cómo se nos ha partido el alma.
A veces, la memoria de lo sucedido nos remonta a nuestra infancia y nos hace oír aquellas voces libres, aquellos amigos para siempre, nos recuerda que en algunos momentos nunca nos veríamos tan débiles como para pedirle a la vida que nos diera aunque fuera un poco de aliento más. Ignorábamos el hecho de jugar una partida en serio. Ignorábamos que pudiésemos perder.
Si estás en medio de un divorcio justo ahora, si estás en medio de un problema financiero justo ahora, si te encuentras en medio de una enfermedad o cualquier otro tipo de crisis, tienes que creer que han llegado en el momento en que tocaban, que no hacen de ti alguien peor y que nadie ha conspirado para que así sea. Y si tienes en tu mente, si piensas que la gente no lo entiende, está bien. Ellos no lo entienden, pero tú sí lo entiendes.
En el mundo abundan los ejemplos de personas que perdieron la vista, o las piernas, y que sin embargo son felices porque tienen un propósito que los levanta cada mañana, ¿a caso crees que tú no lo puedes tener? Puedes sentir que no estás a la altura de lo que se te viene encima pero tampoco estás por debajo, estás justo donde debes estar, en ese espacio de tiempo en donde plantearnos preguntas sobre nosotros y averiguar algunas cosas nuevas. No trates de evitar el dolor, trata de reconfigurarte para poder hacerte para ti y para los tuyos alguien más fuerte, más decidido y declara que a partir de ahora «voy a ser así y voy a hacer esto».
Y esto ya es una dirección y un sentido nuevos, y la paz y la calma llegan. Llegan de nuevo la oportunidad de la felicidad y el orgullo interior al encontrarnos con quienes somos y hacia dónde queremos ir. ¿Ves a dónde quiero ir a parar? No se trata de estar arriba para iniciar, se trata de estar abajo para entender. Entender que ha llegado el momento de asumir que eres alguien a quien tienes la responsabilidad de ayudar.
Lo que la mayoría haga o diga a partir de aquí no tiene que importarte, pocos entenderán por lo que estás pasando y aún menos de dónde sacas los motivos para hacer algo, pretender darle la vuelta lo que tanto se tiende a negar. Por favor, confía en lo que sabes, en que dentro de cinco años más adelante o diez años más adelante tendrás la respuesta a la pregunta que te haces ahora de por qué tiene que ser así la vida contigo. En verdad no se trata de ti, la vida simplemente pasa y puedes aceptarla y vivir, reconstruirte de nuevo y empezar desde un punto de partida que antes no existía o negarte a ella y sufrir. Verás, el dolor es inevitable, pero sufrir es una opción.
Vive tu vida, acepta tu vida. No hagas como si las cosas buenas no estuviesen ahí. Hazte disciplinado porque eres más fuerte de lo que estás enfrentando ahora.