La Estrella emociona en su camino y recuerda a los ausentes

I.Camarero Jiménez
-

La procesión del Martes Santo no defrauda y vuelve a sobrecoger al numeroso público con la espectacular salida de sus dos pasos, el de Jesús Redentor ante Caifás y el de Nuestra Señora de la Estrella, ambos portados por costaleros

La Estrella emociona en su camino y recuerda a los ausentes - Foto: Isabel García

La Hermandad de Nazarenos de Jesús Redentor ante Caifás y Nuestra Señora de la Estrella es la encargada de dar forma a una de las procesiones más espectaculares de la Semana Santa abulense. La procesión de La Estrella. Es de las hermandades más jóvenes de la provincia -pues procesiona desde 2005-,y aún así ha conseguido atraer a sus filas a más de medio millar de miembros. Como a todas las hermandades, cofradías, archicofradías... la pandemia les dejó arrinconados, el tiempo no sólo se paró en 2020 sino que desde que llegó la covid-19 ese tiempo avanzó para llevarse a muchas personas por delante. Este martes 12 de abril quienes hacen posible la procesión de La Estrella quisieron acordarse de todos los ausentes y por ellos fue cada paso, cada detalle, cada 'levantá' de los dos tronos que procesionan en este gran momento de la Semana Santa abulense.  

Son los pasos de Jesús Redentor ante Caifás (2006 – Juan Ventura) y el de Nuestra Señora de la Estrella (2007 – Juan Ventura) los que realizan un camino del que este martes participaron cientos y cientos de fieles. Había emoción y contención a partes iguales por este soberbio acto que inicia su recorrido a las 16 horas con salida desde la iglesia de Santa María de Jesús 'Las Gordillas'. Emoción por recuperar en cierto modo el tiempo perdido y contención porque las previsiones meteorológicas no eran para nada halagüeñas. Aún así minutos antes de las cuatro la Junta de Gobierno de la Hermandad anunciaba que habría estación de penitencia y la hubo, aunque al final tocó aligerar el regreso a 'casa': el paso del misterio entraba cuando el cielo empezó a descargar, pero el palio se mojó sin remedio a punto de entrar.

Como es habitual los alrededores de la iglesia bullían mucho antes de la hora marcada. El interior del templo no lo hacía con menor intensidad. Los nervios estaban a flor de piel por si la lluvia daba al traste con todo y ese todo es sin duda un arduo trabajo de meses. Cada detalle cuenta y más en esta procesión pues sus impresionantes pasos han de tomar la salida por una estrecha puerta que obliga a que los costaleros que portan los tronos se arrodillen y salven así un muro casi infranqueable para llegar a la calle. Ambos  pasos lo hicieron con precisión milimétrica, con trabajo de equipo. 

30 costaleros bajo Nuestra Señora de la Estrella;40, bajo Jesús Redentor ante Caifás. Como 'directores de orquesta' unos capataces firmes, diligentes, dando órdenes para que nada falle, con el peso de la responsabilidad pero con todo el cariño del mundo hacia los que lo hacen posible y que son todos. Los que van bajo los tronos, los que procesionan a su lado y los que no pueden ser parte de éste, su gran día, por el motivo que fuere. Son todos uno, una hermandad que cada año se preocupa por mejorar.

Esta procesión de 2022, que devuelve la normalidad en cierto modo a los quehaceres de la hermandad,  ha permitido comprobar que hay novedades. 

El paso del misterio poco a poco va tomando forma y se embellece siempre que puede. En esta ocasión, «con mucho esfuerzo» han podido ornamentar el frontal que aparece tallado con espectaculares flores, nos desvela Fernando Náñez, quien es el Hermano Mayor. Más adelante se plantearán hacer lo propio con los laterales y la parte trasera del paso. Estrenan también candelabros y la impresionante toca sobre el manto de la virgen bordada en hilo de oro. Como cada año los adornos florales hablan por sí mismos. Blancos para la virgen, morados y rojos para Jesús Redentor ante Caifás 

Hablábamos de que estas procesiones son una sucesión de detalles y esos detalles pasan también por otros adornos menos visibles pero sí sobrecogedores. Es la música, ésa con la que consiguen erizar la piel de quienes acuden a presenciar la procesión de la Estrella, ésta que tantas reminiscencias tiene de la Semana Santa andaluza.

Si ya de por sí la salida de los tronos de la iglesia a la calle es espectacular vista de cerca, cuando por fin dejan atrás el templo y toda vez recuperan el aliento, entra en juego un clásico, la música que pone la Banda de Cornetas y Tambores Santísimo Cristo a la Columna 'El Amarrado'. Espectacular su 'Marcha Real', 'Macarena' o 'La senda del Justo' para acompañar a Jesús Redentor

En el aire quedaron sus sones para dar la bienvenida al paso de Nuestra Señora de la Estrella. Un poco más pequeño en tamaño, es igualmente vistosa su salida. Salvar la puerta de Las Gordillas es sólo el principio, por delante una empinada escalinata que los costaleros afrontan con precisión milimétrica también. Al hacer cumbre los aplausos son el merecido reconocimiento a quienes portan a la Señora de la Estrella recibida con pétalos de flores tirados desde los balcones colindantes. Tras la virgen la Agrupación Musical Santa Cecilia de La Carolina, que acompañó también todo el recorrido (y que el día anterior hizo lo propio con Nuestra Señora de la Esperanza) y que la recibió con el himno de España.  Era el inicio de una preciosa y ansiada procesión que miró al cielo antes de decidir salir y que lo siguió mirando en todo el recorrido porque las nubes seguían ahí y descargaron. 

Costaleros, nazarenos, madrinas, músicos y público, mucho público lo hicieron posible y muy bello. Punto destacado en su largo caminar la parada de ambos pasos en Las Madres, lugar que es estación de penitencia. Desde allí tenían por delante un amplio recorrido que culminaba en la plaza de Santa Teresa para desde allí regresar a Las Gordillas con casi cuatro horas de camino a sus espaldas. Cansados, seguro. Emocionados, seguro que mucho más.