La Catedral acoge la ordenación de un nuevo diácono

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Se trata del seminarista Rafael Sánchez Andreu, de 24 años, natural de Zaragoza. La celebración tendrá lugar a las 17,30 horas y estará presidida por el obispo de Ávila, José María Gil Tamayo

La Catedral del Salvador acogerá el próximo domingo, a partir de las 17,30 horas, la ordenación de un nuevo diácono. Se trata del seminarista Rafael Sánchez Andreu, de 24 años. Natural de Zaragoza pero residente en Ávila desde su infancia, será ordenado en una celebración presidida por el obispo de Ávila, José María GilTamayo, en una ceremonia que estará marcada por las medidas de prevención de la covid-19. Desde la diócesis abulense recuerdan que el aforo de la Catedral está limitado al 50 por ciento. Es por ello, y ante el interés de todos los fieles por seguir la celebración, que la misma será retransmitida en directo por el canal de Youtube de la Diócesis de Ávila.

Rafael Sánchez nació en Zaragoza aunque desde su infancia ha residido en Ávila por cuestiones laborales de sus padres. Es en Ávila donde ha pasado toda su vida. Desde la Diócesis de Ávila explican que «en la tierra de Santa Teresa y San Juan de la Cruz Rafa pudo profundizar en su camino de fe, hasta decidir entrar en el Seminario Diocesano, donde ha estudiado siete años». Ahora aseguran se muestra «muy ilusionado» por su próxima ordenación, lo que supondrá un paso hacia adelante para servir a la Iglesia diocesana de Ávila.

Como bien relata el propio Rafael Sánchez su vocación empieza a surgir en un momento muy especial, con la Jornada Mundial de la Juventud en Madrid 2011. «A raíz de ella se formó un grupo de jóvenes en el que yo participaba y en el que intentábamos vivir más intensamente nuestra fe. También comencé a asistir a las reuniones del ‘Seminario en familia’ y allí me ayudaban a discernir esa llamada del Señor que yo había comenzado a tener».

Como explican desde la Diócesis de Ávila, en esos primeros pasos de discernimiento muchas son las personas que han marcado la vida vocacional de Rafa. Recuerda especialmente a las hermanas Esclavas Carmelitas de la Sagrada Familia, «y el cura que llevaba ese grupo de jóvenes, que era Jorge Zazo. Pero en general han sido muchas las personas que me han acompañado en estos años, que me han ayudado a fortalecer mi fe y me han hecho descubrir la llamada del Señor: amigos, familia, y mucha gente que he conocido a lo largo de los años en el Seminario. Allí se fragua esta llamada viendo justamente lo que el Señor quiere de mí». Ahora, a partir del próximo domingo, comienza una etapa nueva en su vida de entrega a la Iglesia. «He aprendido siempre a dejarse sorprender. Porque uno puede tener las cosas muy claras y de repente se le mueven y tiene que adaptarse a la nueva realidad»explica ante un momento en el que prefiere no hacer planes.

Lo que sí tiene claro, como refleja en su comunicado la Diócesis de Ávila, es que la esencia del diaconado reside tanto en el servicio como en la predicación. «Así que lo que espero como diácono es poder dar la talla en estos dos aspectos tan importantes, que abarcan buena parte de la realidad: la Palabra de Dios, y el servicio y la caridad especialmente a los más necesitados».