El Óbila Club de Basket ha hecho un llamamiento, a través de su presidente, Carlos Hernández Guío, tanto a las instituciones públicas como a las empresas y los aficionados para que ayuden a garantizar su viabilidad «durante los próximos 20 años», dado que, como ha comentado «estamos en una situación crítica», pero a la vez ante «una posibilidad única A» de garantizar, «con el esfuerzo de todos», el futuro económico del club, que actualmente tiene una deuda cercana a los 400.000 euros.

Hernández Guío ha explicado que, a diferencia de otros años, la llamada de socorro de ahora «no es para seguir una temporada más, sino para abordar íntegramente la deuda y sanear el club para que se mantenga 20 años más». Yes que, aunque ha asegurado que «el Óbila pone en marcha la temporada 21/22 con total normalidad, a lo largo de la misma necesitaremos ingresos, porque de lo contrario no sabemos si podrá continuar».

En ese sentido, el club pide ayuda por una triple vía, a las instituciones públicas, a las empresas y a los aficionados.

En el caso de las instituciones, Carlos Hernández agradece al Ayuntamiento de Ávila la supresión de la tasa de publicidad estática y la ayuda extraordinaria de 15.000 euros que «suplicamos que continúe en la temporada 21/22, y a la Diputación Provincial «su apoyo firme y continuado a través de Ávila Auténtica», pero pide que «se retome el importe de las aportaciones que se hacían en las últimas temporadas». Con todo considera «totalmente insuficientes las ayudas públicas» y añade que «si queremos mantenernos hacen falta medidas valientes y que apoyen al saneamiento de este club», poniendo como ejemplo el convenio suscrito en Palencia por el que el Ayuntamiento y a la Diputación aportan 160.000 euros cada uno para reflotar su club de baloncesto.

Respecto a las empresas, subraya Hernández Guío que «ni uno solo de los patrocinadores principales nos ha dejado de apoyar en este tiempo», pero pide «un esfuerzo más al resto de empresas para conocernos, porque patrocinar a un equipo profesional es tremendamente barato».

En cuanto a los aficionados, el club pondrá en marcha en breve una campaña de abonos que esperan que cuente con la debida respuesta de «todos los que acuden durante la temporada a los partidos, porque así salvarán el club».

Para el presidente del Óbila, «con poco que haga cada uno de estos tres estamentos, el club sale, pero tiene que volver a ganar dinero».

En ese sentido, recuerda que en julio de 2019, cuando asumió la presidencia, «desconocíamos el importe total de la deuda, que resultó ser cercana a los 400.000 euros» y se planteó como objetivos contener a los grandes acreedores del Óbila, pidiéndoles, a través de llamadas a cada uno de ellos, paciencia y confianza en el trabajo de la nueva directiva; segundo, adoptar un paquete de medidas de contención del gasto para comprobar si el club era viable, reduciendo a la mitad el gasto de la plantilla y de alojamientos y eliminando cualquier gasto que no se pudiera asumir; y tercero, renegociar la deuda  «desde el realismo e imposibilidad de atender semejante suma».

«Existe la posibilidad de saldar la deuda por un importe aproximado de su tercera parte, incluidas sus consecuencias fiscales, gracias a la buena disposición de los acreedores», afirma el presidente, y «de no poder hacerlo, no quedaría más remedio que recurrir a mecanismos concursales al término de la próxima temporada», asegura Hernández, para quien «es la primera vez que el Óbila tiene la oportunidad de dejar atrás el lastre económico de gestiones anteriores y trabajar con estabilidad en el futuro».

Ya la temporada 19/20 terminó «sin deber nada a nadie», precisó Hernández Guío, y «con la idea de seguir creciendo», pero la pandemia cortó esa trayectoria ascendente, con nuevas pérdidas, aunque menores este año. De ahí el necesario apoyo de todos.

En cuanto a la plantilla de la próxima temporada, el presidente del Óbila explicó que «en julio comenzaremos a confeccionarla y tendremos la plantilla y el cuerpo técnico que podamos pagar».