La Cebrereña se deja el alma en Tercera

A.S.G.
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2
Cultural Cebrereña
3
Numancia B
Finalizado
El equipo culturalista rozó el imposible en una tarde en la que plantó cara a un Numancia B que se llevó el triunfo y las ilusiones de un equipo que se marcha a la Regional de Aficionados con la cabeza alta

Las lágrimas de David Terleira lo decían todo.Las suyas, las de Súper, las de MarioHidalgo, las de Ruba... Hablaban por sí solas, como el silencio de un vestuario roto tras un partido en el que lo dieron todo.Porque la Cebrereña se dejó el alma y el corazón por seguir en Tercera División, pero no bastó ante un Numancia B que supo darle la vuelta al partido en la segunda parte y encontrar en su deseo de ser equipo de playoffs el empuje que necesitaban. Lo tuvieron los culturalistas en su mano cuando mandaban en el marcador (1-0) y La Granja no lograba doblegar al Almazán.Y no lo logró, pero le fue suficiente.Porque de la alegría a la rabia hay un paso. Un penalti al palo, un gol de chilena anulado por fuera de juego, un remate de Moha a la escuadra en el 87’... Y el paso llevó al equipo culturalista a la Regional de Aficionados.  

Cuántos nervios, cuántas imprecisiones...Cuánto había en juego en El Mancho Ángel Sastre entre dos equipos que en la última jornada se lo jugaban todo. La Cebrereña la salvación, el Numancia B los playoffs. Cada acercamiento era un ‘uy uy uy’ en la grada. Cuando Gordo –minuto 8– estrelló en la espalda de Vallejo un despeje que pudo acabar en el fondo de la portería un frío escalofrío recorrió un  campo donde se miraba de reojo a El Hospital. Móvil en mano, todos vigilaban lo que pudiera hacer La Granja, factor secundario y principal en el reto de la permanencia.

Sobre el césped, otra cosa bien distinta.Cerraba con cinco la Cebrereña y acosaba con dos el Numancia B. Guardaba sus espaldas el equipo soriano mientras Vallejo y Ferrer buscaban el error y la prolongación para encarar a Javi Gordo.  Y la primera llegó –minuto 17– en un balón en boca de gol que Vallejo, desde la banda, le puso a Ferrer, que no acertó por centímetros. Protestó la Cebrereña, que pidió fuera de juego mientras atendían en banda a Ruba, que sangraba por la nariz tras un choque con Moha. Estaba dispuesto a darlo todo.

Había sido el tramo inicial del Numancia B, pero fue el primer gol de la Cebrereña. Saltó ElMancho Ángel Sastre como saltó Mario Hidalgo, el más pequeño pero el más inteligente. Se coló por el segundo palo, no le vio Checa, y picó de cabeza el balón centrado por Súper para hacer el 1-0. No llegó Jara, que llegó a tocarlo pero no a pararlo.

Fue un subidón, el respaldo que necesitaba un equipo acostumbrado a las malas noticias en un año aciago. Porque tras el gol el equipo creció. Súper rompió a Beli y Mateo para servir un balón de gol que no encontró rematador. Después fue Guille, por la misma banda, quien quiso el 2-0 pero no tuvo puntería.Le temblaban las piernas al Numancia B, un filial exigido como un grande. Tan duro es perder la categoría como perder el ascenso.

Hizo el 2-0 la Cebrereña a la media hora de juego, de chilena, cuando Súper la enganchaba tras una prolongación de cabeza de Perdi que le costó un duro golpe con la valla. Quedó en el suelo malherido, como quedó al Cebrereña con la miel en los labios, porque el colegiado anulaba el tanto por fuera de juego. Se llegaba a la media hora de partido y dominaba la Cebrereña ante un Numancia B que no sabía por donde controlar a los culturalistas. Indetectable Perdi, incontrolable Súper, que sin Terleira, capitán del equipo en todos los sentidos, asumió el mando y los galones. No era el único. No se quería ir Ruba de la categoría como no se quería ir ninguno.

Se acercaba el partido al final de la primera mitad y buscaba el segundo el equipo de Pepe García, que lo intentó a balón parado. Trataba de meterse en el partido el Numancia B a base de pelotazos y la pelea de Ferrer, siempre en todas las salsas.En partidos así, también lo agradecen los entrenadores. Como le agradecieron todos a Javi Gordo la parada a Beli. Porque sobre la bocina le comió el espacio al ‘11’ para detener con los pies el que hubiera sido el 1-1, el marcador que mandaba al descanso en El Hospital. Al descanso, la Cebrereña era de Tercera.

Ganaba el Astorga en Aranda y reaccionó el Numancia Ben Cebreros. Saltó Alfredo al campo, bajó Vallejo al centro del campo y en los primeros minutos dos acercamientos al marco de Javi Gordo. Había que contenerlos. Le faltó flequillo a Ferrer –minuto 51– cuando acarició el balón servido por Moha y mandó Cámara por encima del larguero un saque de córner. Álex Huerta había cambiado el partido en el vestuario. El viento ya no soplaba a favor.

Como en la primera mitad, cuando mejor estaba el Numancia B pudo llegar el gol de la Cebrereña cuando Guille sirvió desde la banda –minuto 55– al área pequeña. No llegó Guille pero sí Súper, que la ajustó al palo. Se fue fuera ante la mirada atónita de Jara.  

Del 2-0 al 1-1. Jarro de agua fría para los locales cuando el Numancia B convertía un saque de banda en un gol. Prolongó Alfredo y Ferrer, en el área pequeña, remataba de cabeza para hacer el empate. Se calló la grada como decayó el ánimo. Quedaba aún media hora de partido, suficiente para reaccionar, pero ahora era el Numancia Bquien lo veía posible. Moha lanzó al lateral de la red. El equipo había decaído y se cayó del todo cuando Alfredo –minuto 66’– hacía el 2-1. Dejó suelto el balón Javi Gordo en un duro disparo y rebañó Alfredo para poner a los suyos por delante. Protestó la Cebrereña, que pidió falta sobre Gordo. No la hubo. Lo que quedó fue el silencio en una grada que se hundió junto a los suyos. Tan cerca lo tuvo y tan lejos quedaba.

Con el 1-2 el equipo de alejó del marco de Jara. Se alejó de la permanencia. Impuso el guión un Numancia B que ya no quiso jugar. La situación sobrepasó a la Cebrereña. Miró a un lado y otro del banquillo pero no encontró revulsivo Pepe García. Así toda la temporada. Y con todo en contra Mario Hidalgo le sacó el penalti a Cámara, que derribó al cebrereño cuando se quiso ir por línea de fondo. Momento clave –minuto 77– y acción clave.Lanzó horrible Súper.Pegó al suelo, estrelló el balón contra el palo y remató a gol en segunda acción. Gol ilegal. No puede el lanzador rematar su propio rechace. Ni el nuevo reglamento daba aire a los locales.

No había tregua, mucho menos cuando el encuentro ya descontaba sus últimos minutos.Y en la locura, Pablo.Entró en el 81’ y en el 84’ hacía el 2-2 al rematar en el segundo palo en medio de la marabunta en la que se convirtió el área soriana.En medio de los despejes, supo atinar para mandar el balón al fondo de la red. Se volvió loco ElMancho ÁngelSastre y enloqueció la Cebrereña.Si tenía una opción, era en la locura. Era la última bala que le quedaba al equipo, pero no fue suficiente. Porque en una contra Moha –minuto 87– hacía el 2-3 al colocar en la escuadra un gran remate desde el interior del área.

Fue el punto y final a un partido épico, irreprochable. Se bajó el telón de la Tercera División en ElMancho Ángel Sastre para un equipo que se dejó el alma y el corazón por seguir en Tercera. Se apagó la luz en El Mancho ÁngelSastre, ahora hay que encenderla en Regional.