Los días de la mayoría de la gente consisten en verse atrapados en el mismo bucle de obligaciones, y sacarlas adelante. No hay nada más que eso, un ciclo obligación-respuesta. Todos soñamos con una vida que pueda ser algo más.
He descubierto con los años que la gente se resiste a seguir soñando en grande a medida que pasan sus años cumpliendo con lo establecido, asegurando que para ellos no puede haber más y que se encuentran sobrecargados, sobrepasados cada día de sus vidas por tareas interminables. Creo que esto es verdad, y además creo que aprovechar la enorme reserva de poder de hacer lo que consideramos como imposible por las circunstancias también lo es. Por eso es que creer es poder.
Recuerda que todo sentimiento de atracción que despierte en nosotros las ganas de algo mayor de lo que tenemos es una llamada a la acción. Si hemos acumulado durante años este sentimiento es que acumulamos también el poder que necesitamos para emprender las acciones que nos lleven hasta lo que estamos buscando.
Creo que la fuerza más poderosa de hacer algo nuevo que atraviese nuestros problemas es utilizar el dolor que sentimos por no ver nuestras vidas en el lugar que las corresponde. ¿Qué hay de malo en ser quienes somos en realidad? Tan poderosos para hacer de nuestros días algo único, tan apasionados para llevar a los demás a vidas que solo creían soñar. El poder de soñar con una vida más cercana a las nuestros, de madurar y reclamar el derecho a dirigirnos las mejores palabras de aliento cuando lo estamos pasando mal, está tan cerca de nosotros como para hacerlo una realidad.
¿Qué pasa en el instante de apostar a la mejor carta de la baraja? Que es lo mismo que apostar a la mejor carta de la vida, que somos nosotros, y esa partida es imposible de perder. Escúchame cuando te digo que eres la mejor baza para ti y para los tuyos y que eso es algo increíble.
No muchos años atrás mirábamos la vida de esta forma y tratábamos de alcanzarla. Con el paso del tiempo hemos conseguido muchas de las cosas que soñábamos ¿qué sucede ahora? Que no hemos aprendido a tocarlas con la mano, tan solo vemos el objetivo y una vez alcanzada la meta miramos a otra parte. Nuestras vidas, así como nuestra familia y amigos son una de estas dos cosas: un objetivo cumplido o una fuente inagotable de apoyo y preparación. 
¿Por qué no estar más tiempo y más cerca de lo que nos hace felices y anima a dar otro paso más adelante? Nuestro motivo puede ser vernos cada día de una nueva forma hasta sentirnos renovados y con vitalidad, de modo que utilizamos palabras más cariñosas al describirnos y dar forma así al mundo en que deseamos vivir. Paso a paso, las mejores sensaciones de la vida llegan de haber disfrutado hoy de lo que trabajamos ayer, nunca de pasar rápidamente a lo que haremos mañana.
Cuando hemos hablado de dolor nos hemos referido a no haber cumplido con lo que esperábamos de nosotros, pero no podremos disfrutar de nuestros éxitos si nos sentimos como un barco mercante, descargando la mercancía y saliendo del puerto lo antes posible. ¿Has parado a mirar lo que tienes a tu alrededor? Todo lo que tienes es todo lo que tú y tus manos habéis mantenido cerca y si todo eso vale la pena es tiempo para parar y darle el agradecimiento que se merece.
Es tiempo de mirar en tu interior y hacer de ti una lectura sincera, abrazarla, convertirla en un sueño que vive y no solo en una ilusión que está por llegar.