En el Día Mundial de Concienciación sobre el Autismo, la asociación abulense invitó a compartir con ellos su viaje por la vida. Es por ello que a lo largo de la jornada del sábado se organizaron una serie de actividades que, según explicó Gerardo Herrera, presidente de la asociación en Ávila, pretendían «dar a conocer la asociación a personas que no se hayan acercado a nosotros antes». Para esta ocasión decidieron alejarse de la 'clásica' foto en los Cuatro Postes, que sí se iluminó de azul, y «para variar» se invitó a los abulenses «a casa» en el año en que «el lema es un feliz viaje por la vida en el que reivindicamos que las personas con autismo tengan los recursos que vayan necesitando en las diferentes etapas, desde que son pequeños, con un diagnóstico y una atención temprana adecuada y ajustada a sus necesidades, hasta cuando son adultos, con recursos como estas viviendas donde además pueden tener una buena calidad de vida si tienen los apoyos que necesitan».

Estas declaraciones las hacía Herrera en el entorno de sus dos viviendas, donde recordó además que en la asociación hay cien personas con autismo y cien familias y más de 30 profesionales que están trabajando para todo ofrecer tipo de apoyos. En cuanto a esas dos viviendas, una está diseñada para proyectos de vida independiente y otra para personas que necesitan más apoyos o un apoyo de manera continuada.

«Cerca de la mitad de las personas con autismo además tienen una discapacidad intelectual de importancia y esto hace que necesiten apoyos, que no puedan llevar una vida completamente independiente, pero incluso en esos casos, dentro de unos márgenes que son diferentes en cada persona, se pueden conseguir muchas cosas», explicaba el presidente de Autismo Ávila. Por eso, una de las casas «está más pensada para tener esos apoyos adicionales y la otra más para estancias temporales, para aprender a limpiar, a convivir con otras personas, a recibir invitados, hacer la compra, desplazarse por la ciudad». En definitiva, «para poder ser más autónomos y no depender de que alguien les tenga que llevar». Por eso hay «pequeñas tareas» que se van trabajando poco a poco.

Se cuenta con seis plazas en cada vivienda, con unas estancias diseñadas «como un lugar en el que a cualquiera le pudiera apetecer vivir, que es el objetivo que nos marcamos cuando nos embarcamos en el proyecto».

En el uso de las viviendas hay relevo, entre otras cosas porque se hacen muchas actividades de fin de semana, de ocio. La asociación, que está a punto de cumplir 22 años, ha visto cómo cada vez la detección del autismo se va haciendo en niños más pequeños, de modo que tienen un número relativamente pequeño de personas adultas (una decena), pero se va a edades más tempranas, con la curva está muy concentrada en niños de infantil, primaria y también con bastantes adolescentes.