"Los pagos en Castilla-La Mancha superan los 78 millones"

SPC
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Las heladas de abril, la sequía y el calor han sido los protagonistas a lo largo de lo que llevamos de 2022 y eso ha hecho que el seguro agrario haya cobrado una especial importancia para el sector

Los pagos en Castilla-La Mancha superan los 78 millones

Javier Zarcero es director territorial de Agroseguro en la Zona Centro. Después de que el clima haya convertido esta campaña agrícola en una de las más difíciles que se recuerdan, hace balance. Destaca que, aunque 2022 ha sido más estable que 2021, almendro, frutales y viñedo han sido las producciones más afectadas. También recalca que las condiciones del seguro agrario han mejorado para los productores.

Es difícil resumir una campaña agrícola de Castilla-La Mancha en solo una respuesta, pero desde el punto de vista del seguro agrario y de los riesgos meteorológicos ¿cómo podríamos hacerlo?

Es cierto que tras cerrar 2021 con cifra histórica de indemnizaciones abonadas -por encima de los 110 millones de euros-, podría parecer que el año actual ha sido más tranquilo, pero es una percepción errónea, porque ya no existen años de meteorología favorable. En 2022, la estimación de indemnizaciones para los agricultores y ganaderos asegurados en Castilla-La Mancha supera ya los 78 millones de euros, a falta de los siniestros que se puedan producir en estos dos últimos meses.

Ha citado el pasado año… ¿Hay alguna diferencia clara respecto a este año 2022?

2021 fue un año digno de estudio. Pensábamos que no íbamos a sufrir nada más extraordinario que el paso de Filomena, pero las tormentas de los meses centrales del año fueron devastadoras y en apenas unas semanas multiplicaron los siniestros y las indemnizaciones. Por ejemplo, a los productores hortícolas asegurados, a los que Agroseguro abonó más de 44 millones de euros en total; o a los viticultores afectados por la conjunción de heladas de abril, tormentas de pedrisco de la primavera y el verano y las DANAs de septiembre, con casi 38 millones de euros en daños. Es decir, la inestabilidad, con tormentas y borrascas, generó daños masivos.

Este año, en cambio, aunque el pedrisco y la actividad tormentosa se han dejado sentir, porque ya podemos afirmar sin ningún género de dudas que los fuertes granizos tienen una presencia constante en nuestra región, los mayores daños han sido provocados por las terribles heladas de abril y la posterior ausencia de precipitaciones, sequía y golpes de calor que hemos sufrido durante la primavera, el verano y el comienzo del otoño.

Es decir: el rango o amplitud de riesgos a los que se tiene que enfrentar el sector agropecuario es cada vez mayor…

Claro. Es que en dos años hemos sufrido nevadas históricas, lluvias e inundaciones, tormentas de pedrisco constantes, el paso de dos DANAs, una helada también histórica y una sequía muy potente. La combinación de riesgos genera una gran incertidumbre. Pocos productores se atreven a estas alturas a arriesgar toda su cosecha, una inversión o el futuro de la explotación a los vaivenes de la meteorología.

¿Cuáles han sido las líneas con mayores daños en 2022?

Si analizamos esa cifra por producción, los daños en almendro rozan los 28 millones de euros, a causa de las heladas del pasado mes de abril, que también provocaron daños fuertes en producciones frutales, que en total -entre pedrisco y helada- alcanzan casi los 9 millones de euros en indemnizaciones. Además, los viticultores manchegos han recibido 13 millones de euros. A diferencia del pasado año, la meteorología respetó el tiempo de vendimia, aunque hemos acusado la presencia recurrente de pedriscos y la falta de lluvia durante la primavera y el verano. En líneas generales, y tras un 2021 catastrófico, el año 2022 ha sido más estable.

La sequía, un viejo enemigo que ha regresado en 2022.

Tercera vez ya desde el año 2017. Las lluvias de marzo y alguna tormenta posterior evitaron el desastre total del cereal, aunque sin duda redujo la producción. Y a partir de ahí, un verano extremadamente seco ha provocado daños muy graves en el girasol. Solo en la provincia de Cuenca, las indemnizaciones en el total de cultivos herbáceos superan los 5 millones de euros.

A todo esto, se suman los siniestros en las ganaderías, en las que los accidentes y enfermedades son parte del día a día...

Especialmente en una región con un sector pecuario muy pujante, hay que tener en cuenta que, durante el año pasado, y también en 2022, tenemos más de 50 millones de animales asegurados. En una explotación ganadera, los accidentes, las muertes, las enfermedades… son el pan de cada día y el seguro agrario también tiene líneas adaptadas a sus características. Este año, las indemnizaciones se sitúan, por ahora, en los 8,5 millones de euros.

Sin olvidar la difícil coyuntura económica que sufrimos todos y que en la agricultura impacta de pleno.

La inflación, la subida de costes, y la repercusión de la invasión rusa de Ucrania han complicado al máximo la situación del sector productor. Pero las administraciones públicas han sido sensibles a la realidad y desde el punto de vista del seguro agrario han activado importantes mejoras que benefician directamente a los asegurados. Por ejemplo, ENESA ha aprobado el incremento del precio de aseguramiento de los cultivos herbáceos. De media, crecen un 23%, aunque se alcanza el 50% en el caso del trigo duro o el 52% para la colza.

¿Esa mejora también se aplica a otras producciones?

Sí: al trigo blando, la cebada, la avena, el centeno, el triticale, el girasol, el maíz, el sorgo y el arroz. Este aumento del precio incrementará la cuantía de las indemnizaciones en caso de sufrir algún siniestro en sus explotaciones, ajustando el valor de la producción a la realidad del mercado, que en los últimos meses se ha visto muy influenciada por la situación económica en España y la coyuntura internacional.

¿Se mantiene además la bonificación del 5% que otorga Agroseguro?

Se mantiene, sí, para aquellos productores de cultivos herbáceos de Castilla-La Mancha que renueven sus pólizas con los módulos 1 y 2 hasta el 15 de noviembre. Sin duda, es una medida muy bien acogida por el sector porque estos módulos ofrecen coberturas frente a la totalidad de los riesgos climáticos, incluyendo protección frente a la sequía, la helada o el pedrisco.

ENESA también ha incrementado el presupuesto de subvenciones, ¿no es así?

Son 60 millones de euros, lo que se traduce en el aumento en 10 puntos porcentuales de la subvención base para todas las líneas que inicien su periodo de suscripción hasta el 31 de agosto del año que viene. Es una noticia muy buena para todo el sector primario, porque en época de dificultades económicas permite no reducir coberturas. Además, repercute positivamente en la subvención que concede la Junta de Castilla-La Mancha, ya que se calcula en base a la nacional.

Está a punto de cumplirse su primer año como director territorial de la zona centro, que incluye las provincias de Cuenca, Toledo y Guadalajara, además de Madrid. ¿Qué balance realiza?

Muy positivo. Primero, porque ha supuesto regresar a una dirección territorial en la que ya trabajé como perito anteriormente, en una etapa profesional de la que guardo muy buen recuerdo. Además, durante estos años he estado conectado a diario con el cereal de Soria, el viñedo alavés o riojano o las hortalizas de Navarra, así que la experiencia es mucho mayor.

Además, la relación con el sector y con las administraciones públicas, en este caso con la Junta de Castilla-La Mancha, es muy fluida y constructiva, y con el trabajo conjunto que realizo con Santiago Duro, responsable de Agroseguro en Albacete y Ciudad Real, no me cabe duda de que los próximos años serán intensos profesionalmente -principalmente por los retos del cambio climático-, pero profundamente satisfactorios.