Burgos se tiñó ayer de luto al conocer el fallecimiento de uno de sus más ilustres y queridos vecinos, José Antolín Toledano, fundador y presidente de honor del Grupo Antolin. La vida de don José o de Pepe Antolín, como se le conocía por respeto y también por cariño, marca, sin duda alguna, un antes y un después en el desarrollo industrial, económico y social del Burgos y de la España contemporánea. Este empresario de raza impulsó desde cero, junto a su hermano Avelino, la internacionalización empresarial hasta límites sin precedentes, sumando a su aventura mundial en la industria del automóvil a nuevas empresas españolas que siguieron la misma ruta y a cientos de familias trabajadoras, operarios a ingenieros de todos los rincones del planeta, que ayer lamentaron sinceramente su pérdida. 

José Antolín falleció a los 85 años rodeado de su familia y seres queridos, con el reconocimiento de todos los que le conocieron y los que estuvieron a su lado -a todos los niveles- durante tantos y tantos años de trabajo sin descanso. Llevaba siete años alejado de las tareas ejecutivas en la compañía (ya en manos de la segunda generación familiar, encabezada por su sobrino Ernesto Antolín) y también de la vida pública. Ocupaba su tiempo en disfrutar tranquilamente de su querida ciudad, junto a la Catedral, como uno más, y de los paseos por esa naturaleza que tantos y tan gratos días de caza le brindó. 

El Consejo de Administración, el Comité de Dirección y todos los colaboradores del Grupo Antolin se unieron públicamente al dolor de la familia, especialmente a sus hijos María Helena, Emma y José, y a su mujer Golette Granet. Las condolencias se extendieron por todo el ámbito empresarial, político y social, no solo de Burgos, sino del conjunto de Castilla y León y de toda España, con el Rey Felipe VI a la cabeza, que también se sumó a las condolencias

«Fue un empresario único que con su visión de negocio, esfuerzo y trabajo convirtió, junto a su hermano Avelino, un pequeño negocio de Burgos en una multinacional de referencia en la industria automovilística», recordaba ayer la compañía en una nota publicada poco después de conocerse el deceso.

«Siempre ejerció un liderazgo basado en el esfuerzo, la constancia y la ilusión y supo guiar a la compañía en tiempos de enormes cambios en la industria. Sus valores y su legado están hoy más presentes que nunca y seguirán marcando el futuro y la historia de Antolin». 

rótula. José Antolín nació en Quintana del Puente (Palencia), aunque a muy corta edad se trasladó a vivir a Burgos. La automoción ya estaba presente en la familia, pues su abuelo era fabricante de carros. A los 14 años comienza a trabajar con su hermano Avelino en el taller mecánico de su padre, Avelino Antolín López, ubicado en la calle Salas de la capital. 

En ese taller se trabajaban las rótulas, una pieza que provocaba muchos accidentes y fallos mecánicos en los camiones de entonces. La experiencia, la imaginación y el trabajo de los Antolín dieron como fruto la rótula de caucho-metal mediante la inclusión de una pieza de caucho dentro de la rótula, alargando la vida de este componente. 

Aquella innovación despertó el interés fuera de las fronteras nacionales, en la todopoderosa industria alemana, con la que supieron negociar de igual a igual y firmar alianzas estratégicas que fueron claves para el futuro de la compañía familiar y de Burgos. 

Ese germen fue el inicio de lo que es hoyGrupoAntolin, una multinacional presente en 26 países, con 140 fábricas, que da trabajo a 25.000 personas y que el año pasado llegó a facturar más de 4.000 millones de euros.