Más de un mes ha transcurrido del incendio originado en Cebreros y que afectó también a los términos municipales de El Hoyo de Pinares y San Bartolomé de Pinares, que calcinó más de 4.200 hectáreas, lo que le ha convertido en el más devastador de los ocurridos este verano en la provincia de Ávila. Además de la «actuación urgente» puesta en marcha por la Junta de Castilla y León en un primer momento en colaboración con la Diputación para evitar problemas en las captaciones de agua potable, a la que destinó «una subvención de 200.000 euros» a mayores de los 100.000 euros ya contemplados para «problemas puntuales de abastecimiento», la Consejería de Medio Ambiente desarrollará allí «un conjunto de medidas de apoyo socioeconómico para paliar, compensar y tratar de recuperar cuanto antes la normalidad», según anunció este lunes en Ávila su titular, Juan Carlos Súarez-Quiñones. Así lo explicó tras reunirse con los alcaldes de esos tres municipios en la primera de una serie de reuniones que a partir de ahora mantendrá con los regidores de las localidades afectadas por los incendios de mayores dimensiones de cada provincia. En concreto, Zamora, Salamanca y Burgos, además de Ávila.
Hasta seis tipos de medidas detalló Suárez-Quiñones para implementar en Cebreros, El Hoyo de Pinares y San Bartolomé de Pinares. Entre ellas, un proyecto de recuperación ambiental «a diez años» que «inicialmente» contempla una inversión de «dos millones de euros» y que «determinará lo que hay que hacer para que esos montes quemados puedan llegar a un estado ordinario», indicó. «No es inmediato, porque depende de una regeneración natural que tiene tiempos largos, pero hay que encaminarla a través de actuaciones en las que los técnicos ya están trabajando», advirtió. El objetivo, añadió, es llevar a cabo «clareos y conducciones para que el bosque se regenere correctamente» y, además, habrá que «repoblar y resemillar» aquellas «especies que no se regenerarán solas».
Este proyecto se ejecutará en cuanto los técnicos de Medio Ambiente lo finalicen. En lo que ya se está trabajando es en la saca de la madera, que es «lo primero» para evitar que «la madera quemada pueda producir plagas y enfermedades que puedan afectar a la masa forestal no afectada por el incendio».
También se «está ultimando el proyecto para evitar que la erosión y los arrastres contaminen los ríos y arroyos cuando lleguen las lluvias torrenciales», algo que se logrará con la construcción de «fajinas y albarradas que fijen al terreno los restos del incendio», detalló el consejero de Medio Ambiente.
Asimismo se restaurarán caminos y sendas públicas, así como vías forestales, caminos agrícolas y cerramientos a través de líneas de ayudas convocadas por las distintas consejerías. Entre ellas, una línea para restauración de viviendas calcinadas, si bien solo se tiene constancia de una casa en El Hoyo de Pinares.
Igualmente, se pondrán en marcha programas específicos de restauración de hábitats de especies animales que puedan haber sufrido el incendio, «especialmente en las zonas de la Red Natura 2000», anunció Suárez Quiñones.