La industria del acero británica, en alerta

EFE
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El director general de UK Steel advierte que, a raíz de la crisis energética que sufre el Reino Unido, los fabricantes se enfrentan al encarecimiento y volatilidad de los precios y frecuentes pausas en la producción, por lo que pide ayuda al Gobierno

Vista de la torre del reloj de San Stephen, más conocida como el Big Ben, en una fotografía de archivo. - Foto: EFE/GEOFF CADDICK

El director general de UK Steel -asociación comercial de fabricantes de acero en el Reino Unido-, Gareth Stace, alertó hoy de que la crisis energética que afronta el país podría ocasionar un posible "daño a largo plazo" a la industria e instó al Gobierno a adoptar medidas "como han hecho Italia y Portugal". 

En un comunicado, este directivo indicó que "actualmente los fabricantes de acero del Reino Unido se enfrentan a unos precios energéticos cinco veces más elevados que la media del pasado año, además de la notable volatilidad en los precios". 

"Las pausas en la producción más frecuentes y más largas se están convirtiendo en un hecho de la vida para algunos fabricantes británicos", destacó.

Stace remarcó que "estas circunstancias son simplemente insostenibles para el sector" y urgió al Gobierno a que "adopte medidas, como ha ocurrido en Italia y Portugal y respalde al sector". 

"No hacerlo podría resultar en daños a largo plazo para el futuro de la industria del acero en el Reino Unido", advirtió. 

El director general de UK Steel indicó asimismo que de cara a los meses de invierno, los crecientes precios podrían también resultar en confinamientos más extendidos, daños a los equipamientos, pérdida de oportunidades de exportación, así como en una pérdida de talento y empleo, entre otras consecuencias. 

Desde el Gobierno británico se ha instado a los consumidores a no preocuparse por la posibilidad de que se produzca escasez energética durante los próximos meses, en un momento en que los precios del gas alcanzan máximos y las firmas proveedoras de energía están sufriendo pérdidas económicas debido al actual sistema que fija un precio máximo. 

En 2019 el Ejecutivo tory de la ex primera ministra Theresa May introdujo un techo máximo en el precio que se puede cobrar por la energía en la tarifa estándar.

El regulador público del sector (Ofgem) estipula dos veces al año (en abril y en octubre) ese límite, que esta temporada de otoño-invierno se situará en 1.277 libras (1.500 euros) anuales, un 22% más respecto año pasado, pero lejos del incremento de los costes mayoristas.