José Ignacio Dávila

Pensando

José Ignacio Dávila


Moralmente

17/02/2022

En un sistema político democrático, los órganos políticos, en virtud de la soberanía nacional responden ante los ciudadanos, en respuesta a los principios y valores del Estado Social y Democrático de Derecho. Todos los organismos representativos deben cumplir con las reglas del juego del Estado constitucional, realmente, y bajo la sujeción al control por parte del llamado «cuerpo social», lo que somos todos, y se vote o no, de forma efectiva. Los resultados se leen en clave social, y en la lectura del periódico diario, como éste, y del cómo nos van las cosas del comer, vivir y compartir como vecinos. Y los votos de tantos no pueden equivocarse, cuando se llega al control periódico y cumplimiento con la efectiva ITCC (inspección técnica de la convivencia ciudadana) de la paz social, con la entrega de la pegatina que nos recuerda cumplir con el mantenimiento del derecho a llegar al final de cada mes, en condiciones, seguir sanos, pimpantes y airosos en bajada de imposiciones, y sin mirar atrás en recuerdos de épocas mejores para los hijos y vecinos, porque el compromiso es organizar esta sociedad para unos tiempos mejores; para pasar la próxima inspección general de lo bien realizado, o de la cosa…
Las elecciones no engañan; siempre la comunidad va por delante escribiendo, las crónicas reales de cada día y en cada momento electoral: a) acerca de cómo funcionan las cosas ante el deber de la rendición electoral de las cuentas de la acción política; b) preparar un buen estudio real de lo bien hecho, para airosos, con buena nota, tanto los examinados como los examinadores; c) tener claro cómo se va a llenar la alforja de la familia, de los vecinos y de los frutos de la convivencia tranquila, con la suma de las distintas opciones políticas, ideológicas, sociales y moralmente constitucionales; c) en la grandeza del respeto social y de nuestra comunidad española, comunitaria y local, cumpliendo con las promesas del buen funcionamiento de nuestra convivencia civil, con los pies en el suelo y la cabeza en buen estado de funcionamiento para que no tengamos averías sociales que pagar entre todos, materialmente, sin que los elegidos se conviertan en meros representantes pasivos; la autoridad política es responsable ante el pueblo, ante la Unión Europea y ante los ciudadanos, y, además moralmente para cumplir su misión de mediación política y social; d) para añadir por ustedes… y que vaya por delante.
La actividad política está, constitucional y moralmente, al servicio de la comunidad, en su conjunto, evitando jorobar las normas constitucionales por imposiciones ideológicas, que pongan en peligro al Estado, a la Nación, y a esta sociedad en propiedad común y siguiendo por el camino con una Constitución progresista, sin que nos entretenga nadie, volando y caminando adelante, para sumar manos de vecinos reales, no de recuento estadístico, por la sociedad que debe funcionar en la vida económica que nos permita una sana paz social en casa, barrio; en amistad en ciudad, comunidad y Nación, hablando con todos y con respeto social, en el guión de la sociedad de la calle y casa en cada lugar de nuestra Castilla y León. En la España real; con la gramática parda (habilidad para conducirse en la vida y para salir a salvo o con ventaja de situaciones comprometidas. Diccionario RAE), haciendo las cosas, con sentido común, real y moralmente, que son así mejores, y por nuestra industria, ganadería, campo y servicios sin sobresaltos, que los impuestos, tasas, y cuotas sociales y de autónomos, están aquí; hay que mejorar las cosas, material y moralmente. Los resultados electorales son la respuesta de los ciudadanos; manque pese (ver Diccionario), tantos no se equivocan. Y siguiendo por el camino adelante, sumar manos de vecinos reales y no de estadísticas, por la sociedad que debe funcionar en la vida económica, que nos permita una sana paz social en casa, barrio; en amistad en ciudad, comunidad y Nación, hablando con todos, con respeto social, en el guión de la sociedad de la calle y casa, en cada lugar de nuestra Castilla y León, con la gramática parda, la habilidad para conducirse en la vida y para salir a salvo o con ventaja de situaciones comprometidas (Diccionario RAE), haciendo las cosas bien, que son así, con sentido común, real, y moralmente correctas.