Algo más de un año y medio después del inicio de la pandemia, las consecuencias laborales derivadas de la crisis sanitaria sin precedentes que trajo consigo la COVID-19 continúan. Esto puede verse en numerosos indicadores y entre ellos los Expedientes de Regulación Temporal de Empleo (ERTE), los cuales acaban de prorrogarse una vez más y siguen dejando trabajadores afectados. Según los últimos datos publicados por el Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones, los empleados de la provincia de Ávila que a finales del mes de septiembre aparecían incluidos en un ERTE eran 450, procedentes de 205 centros de trabajo. Es cierto que no todos los casos están asociados a la pandemia, pero sí lo están en una gran parte. Los ERTE que no son de fuerza mayor afectan a 123 trabajadores, mientras que los de fuerza mayor y los enmarcados en el Real Decreto Ley 30/2020 y posteriores engloban, respectivamente, 128 y 199.

De los 450 trabajadores en ERTE en Ávila algo más de la mitad, en concreto 254, son hombres, frente a las 196 mujeres ‘reguladas’.

Además, abundan todavía los ERTE totales, con 329, frente a los 121 parciales. 

Estos instrumentos, diseñados para ayudar a las empresas y proteger el empleo, llegaron a amparar a más de seis mil trabajadores abulenses en su punto más alto en 2020, lo que supone que ya han salido de esta situación más del 90% de los trabajadores que vieron interrumpida su actividad laboral por la pandemia.