«En el duelo tras un suicidio la culpa pesa como una losa»

B.M
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La psicóloga Beatriz Jiménez aboga por un plan nacional de prevención del suicidio y anima a arropar a quienes pierden a alguien en estas circunstancias

«En el duelo tras un suicidio la culpa pesa como una losa» - Foto: David Castro

El ciclo 'Piscología hoy ¿qué puede hacer por ti' ofreció una nueva conferencia en este caso con la psicóloga Beatriz Jiménez, que habló sobre 'Cómo afrontar el duelo después de un suicidio'. Se trata de un duelo que tiene sus propias características, como el sentimiento de culpa «que pesa como una losa» y en el que aboga por arropar a quienes pierden a alguien en estas circunstancias, escucharles, sin juzgar.

Explicaba la psicóloga antes de su intervención que buscaba dar indicaciones sobre cómo afrontar el duelo en el suicidio, dar a conocer a la población «qué es lo que se vive al afrontar este duelo, que se entienda más» porque «es un duelo que sufre muchos estigmas».

Habló, en concreto, del «tabú del suicidio» y «muchas veces, la prohibición de la expresión de este tipo de duelo». Es por eso que hay que hablar de «lo que viven, lo que afrontan, las emociones y reacciones, el proceso».

En todo ello hay un factor que destaca, «el de la culpa, una emoción difícil de afrontar que pesa como una losa» cuando llega el proceso de duelo tras un suicidio.

Uno de los puntos en los que incidió es la diferencia entre un duelo normal y el que se produce tras un suicidio. En el primero de ellos «hay una serie de respuestas a por qué se produce la muerte» mientras que «en el suicidio está el impacto, unas circunstancias traumáticas, un  proceso de shock muy intenso» para el que «no se está preparado».

«Con la enfermedad ya estás preparado, sabemos por qué, la  causa de algo externo. En el suicidio nunca se espera, está la idea de que nunca nos va a pasar», aseguró, y por ello se produce la «incertidumbre hacia donde dirigir la culpa, qué podíamos haber evitado» y, con ello, «más estigma y vergüenza».

En cuanto a las herramientas que se pueden utilizar para afrontar este proceso, es «fundamental que estas personas sean creídas en el relato, escuchadas y suficientemente sostenidas». En definitiva, «que se ocupen de estar a su lado a pesar de no saber qué decir». Con ello se les puede ofrecer la posibilidad de «hablar, expresar, validar su relato, escucharles sin juzgarles, entendiendo que pueden sentirse mal con quien fallece». En definitiva, tener «apoyo social, sostén».

El problema es que en este tema se «avanza muy despacio, vamos escuchando hablar y que se trabaja en prevención» pero «muchas personas tienen creencias estigmatizantes, se ha hablado de que es un delito, un pecado… muchas creencias populares equivocadas que son un obstáculo importante». Y es por ello que resultan fundamentales los movimientos asociativos que trabajan con supervivientes.

La psicóloga aboga por un plan de prevención a nivel nacional, que es «imprescindible para que haya acciones en todos los ámbitos, como el social o el sanitario, también para las personas que se quedan», teniendo en cuenta que «el 70 por ciento son duelos complicados».

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