Las fiestas patronales de Serranillos vivieron este viernes un momento único y emocionante. Después de la celebración del vítor el jueves, cientos de personas se congregaron para defender con una única voz el mundo rural.

Lo hicieron empujados por 'Gredos Paraíso Natural', una asociación nacida tras los fuegos que devastaron la provincia el verano pasado y que busca, ante todo, la defensa de la vida en los pueblos y del medio ambiente.

Fue hace unas semanas cuando las impulsoras de esta iniciativa, María Pérez y Paula Gómez, crearon unas camisetas solidarias con las que recaudar fondos para ayudar en todo lo posible a los damnificados por los fuegos que, por desgracia, este verano también han sembrado de destrucción y dolor Ávila.

Sobre un fondo negro, en representación del rastro que dejan las llamas a su paso, en la camiseta se apreciaba un burro tirando de un arado y un lema: 'Orgullosamente de pueblo'.

Pues bien, el viernes por la noche, cientos de personas en Serranillos (y otras tantas en distintos puntos de España) la lucieron para apoyar a todos aquellos que viven en, de y por el campo.

Hilaria Gómez, nacida y residente en Serranillos e hija de pastores, fue la encargada de leer un manifiesto que, casi desde el principio, emocionó hasta las lágrimas a muchos de los allí reunidos.

«Nos hicieron creer que puedes nacer aquí, pero para ganarse la vida hay que irse fuera. Nos lo grabaron a fuego desde que nacimos, somos inmigrantes en nuestro país», comenzaba un manifiesto que defendía que «el verdadero paraíso tiene nombre de pueblo, está rodeado de mares de piornos y cielos limpios, pajares y casas bajas, montañas infinitas atravesadas por arroyos de aguas cristalinas, y probablemente nunca jamás nada en el mundo te dará mas paz y alegría que pisar este lugar»

«¿Cómo pueden dejar que se vacíen nuestros pueblos y hacernos creer que somos una lugar del que no sentirnos orgullosos?», se preguntaba Hilaria. «Si aquí están nuestra raíces, nuestras tradiciones, nuestro pasado, presente y si nos dejan, nuestro futuro», se respondía ella misma.

«Somos tierra de arrieros, de valientes y emprendedores, de gente

humilde, de mujeres trabajadoras, sufridoras e incansables. Aquí están nuestros mejores recuerdos, y queremos que las generaciones futuras puedan seguir teniéndolos, igual que nosotros», defendía la protavoz de los vecinos de Serranillos, orgullosos en todo momento de lo que escuchaban.

«Nunca debemos olvidar que peor que el que no sabe dónde va, siempre, siempre, es el que se olvida de dónde viene. Y nosotros, somos serranos, de pueblo», echaba mano Hilaria del refranero, antes de pedir a las autoridades que «hagan un examen de conciencia y tomen medidas».

Y todo porque, decía, «el abandono de nuestros pueblos, de sus campos y montes es un hecho  eal. No nos abandonéis con vuestro desinterés. No llevéis a la tumba y a una muerte segura a nuestros pueblos. Tomen medidas reales y efectivas, y por favor: ¡No nos vacíen más!», concluía estas sentidas palabras despidiéndose con un «quién tiene un pueblo, tiene un tesoro».