'Conce'  es pequeña, pero sólo de tamaño. Sentada en su butaca y vestida de negro, Conce demuestra su grandeza con cada una de sus palabras, avaladas por los cien años de vida que ayer cumplió rodeada de todos los que la quieren, que son muchos.

María de la Concepción García Abad nació un 8 de diciembre de 1915 en San Bartolomé de Pinares. «Me contó mi madre que nací mientras estaban dando misa», comienza a explicar a Diario de Ávila.De ahí su nombre y de ahí su devoción a la Virgen, a la que tampoco falló ayer en la misa celebrada ene la iglesia parroquial con motivo de la festividad de la Inmaculada Concepción y en la que se rindió homenaje también, como no podía ser de otra forma, a la vecina más veterana del pueblo. 

Nuestra protagonista fue una buena estudiante. Le gustaba mucho leer y escribir.Tanto que muchos años después sigue teniendo en la lectura su afición número uno.Eso, nos cuenta su nieta Conchi, la ha ayudado a conservar su cerebro en forma, tal y como demuestra en sus conversaciones, admirables para una señora de cien años que sólo ha perdido algo de oído y de vista pero que conserva una buena salud.

Conce tuvo con Tereso, su marido, cuatro hijos de los que viven tres, y presume de diez nietos y siete bisnietos. Con ellos ha entrado de la mano en el siglo XXI y gracias a ellos ha podido admirarse con ‘inventos’ como los teléfonos inteligentes. «Le hace mucha gracia ver sus fotos en los móviles y que nos las mandemos unos a otros», apunta Conchi, y es la propia Conce la que nos descubre que de los muchos avances tecnológicos aparecidos en su vida el que más le llamó la atención fue la televisión. «Los que nazcan ahora y lleguen hasta los cien años qué verán», reflexiona con la sabiduría que da el paso del tiempo y nos descubre que nunca ha visto el mar y que no ha viajado apenas.Tampoco le ha hecho falta.Su vida ha girado en torno a su tierra y a su familia, que ayer le deseó que cumpla muchos más.