El  escenario ha sido el lugar en el que se ha desarrollado la carrera profesional de Ángeles Jiménez Soria (Ávila, 1955), que comenzó a hacer teatro en su ciudad natal cuando apenas tenía veinte años y que sigue teniendo en él su modo de vida, aunque con el paso del tiempo lo combinó con la escritura de libros infantiles publicados por prestigiosas editoriales, desde Everest a Kalandraka pasando por Edebé, por citar solo algunas. También ha escrito textos teatrales, incluso ha adaptado al teatro cuentos suyos. «Fundamentalmente soy actriz, pero también escribo porque dentro del teatro solemos picar un poco de todo: si hay que actuar se actúa, si hay que dirigir se dirige, si hay que escribir se escribe, ...Son las circunstancias las que te van llevando y en un momento determinado me llevaron a escribir, algo que siempre me había gustado y que había hecho, pero que a partir de los años noventa empecé a hacer más», nos cuenta la nueva presidenta de la Asociación de Novelistas 'La sombra del ciprés', en la que se embarcó hace unos años, cuando regresó a Ávila después de haber vivido fuera más de dos décadas. «En la asociación encontré gente estupenda que, además, tiene ganas y ánimo para hacer cosas, que en ciudades como ésta cuesta tanto sacar adelante y lo hacen maravillosamente», elogia Ángeles a sus compañeros. 

¿Qué es lo primero que se le viene a la cabeza sobre Ávila?

La tranquilidad y la soledad. Me gusta la quietud que me aporta.

¿Qué es lo que más le gusta de Ávila?

El silencio.

¿Y lo que menos?

El ruido. Me explico: el comentario tan extendido de que en Ávila no hay nada, de que en Ávila no hay posibilidades, de que aquí no se hace nada, ... Todo eso crea un ruido, una realidad paralela a la realidad independiente de que sea verdad o no. Y eso te condiciona a la hora de hacer algo. 

Un lugar para perderse.

Me gusta mucho este entorno de la Muralla, el entorno del río, la zona del cementerio judío y de la Universidad de la Mística.

Un recuerdo de su infancia.

Antes las carreras de caballos se hacían en el parque de San Antonio. Mis padres vivían allí cerca y cuando éramos críos íbamos a ver las carreras y a apostar. En aquella época se jugaba mucho en la calle y ese barrio no estaba asfaltado, así que justo al lado de mi casa la calle era de tierra y los niños del barrio poníamos dos palos y saltábamos, hacíamos nuestras propias carreras de caballos. Es un recuerdo bonito de mi infancia.

Un personaje abulense que le haya marcado.

Jimena Blázquez me resulta un personaje interesante, también Enrique Larreta me lo parece.

El mayor cambio que necesita Ávila es...

Por un lado necesita un cambio de mentalidad. A mí Ávila me parece una ciudad con muchas posibilidades en el aspecto cultural. Aunque nos pese, es una ciudad de gente mayor y por mucho que pidamos fábricas quizá deberíamos mirarnos en el espejo de Avignon porque lo tenemos todo para potenciar una ciudad cultural porque el decorado ya lo tenemos. Eso requiere un cambio de mentalidad por parte de la gente que maneja todo ésto, que creo que debería volcarse en potenciar ese aspecto. 

Y Ávila tiene que mantener...

La estilo de ciudad, ese patrimonio al que creo que hay que llenar de contenido. 

¿Qué le parece la ciudad hoy?

Estamos a falta de... No vendría mal un cambio político porque llevamos demasiado tiempo anclados. No vendría mal un aire nuevo para que la ciudad tomase otro rumbo. Parece que Ávila está perdiendo la baza de la cultura, que sin embargo Segovia sí ha sabido aprovechar con un par de festivales que atraen un montón de gente (Titirimundi y Hay Festival). Conseguir crear cuatro o cinco eventos, a ser posible que no fueran antiguos. Está bien el Mercado Medieval, pero hacen falta otras cositas. 

¿Cómo ve Ávila en el futuro?

Depende del futuro que hagamos nosotros, la parte que nos corresponde a cada uno será el futuro que tenga Ávila. Si estamos pusilánimes, así lo será la ciudad. Pero si tomamos una actitud más activa y nos hacemos partícipes del cambio que queremos para la ciudad, no solo en la crítica sino en la construcción, todo será distinto.

¿Qué puede aportar a Ávila?

Yo le pido a los políticos que sean políticos, es decir, que se aprovechen de mí. Yo tengo muchos años de experiencia en teatro, ¿por qué tengo que dejar esa experiencia en otros sitios? El Lienzo Norte creo que es un espacio desaprovechado en artes escénicas y yo tengo una experiencia en ese sentido. Yo ayudaría a los técnicos de Cultura, yo estaría encantada de que me preguntaran a la hora de programar espectáculos, que nos preguntaran ... Hablo en plural porque no soy yo sola, sino que hay una serie de personas de Ávila que llevamos muchos años trabajando en este sector y que por las circunstancias trabajamos fuera, pero que estamos aquí y que tenemos mucho que aportar a nuestra ciudad a la hora de hacer propuestas para utilizar este espacio, por ejemplo. 

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