A la espera de que sea "el último cierre"

B.M. / M.E.
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Ante la relajación de medidas del lunes, el presidente de la Federación de Hostelería habla de que se ha culpabilizado al sector y la gerente del centro comercial destaca que los afectados están «muy contentos y aliviados» con la reapertura

A la espera de que sea "el último cierre" - Foto: Isabel García

Ya es oficial. El Bocyl publicó ayer el acuerdo por el que establece el fin, a partir de las 00,00 horas del próximo lunes, de las medidas extraordinarias del nivel 4 alerta en el marco de la crisis del coronavirus, lo que en la práctica supondrá el visto bueno (con restricciones de aforo) a la esperada reapertura de gimnasios, centros comerciales y del interior de la hostelería ante el «manifiesto cambio de tendencia» en la transmisión del virus.

Uno de los sectores más afectados por las medidas de las últimas semanas, que solo dejaban la apertura en terrazas y cerraban el interior, ha sido el de la hostelería. Por eso, aseguran estar «bastante esperanzados con esta reapertura». Así lo explica al menos Fernando Alfayate, presidente de la Federación Abulense de Hostelería, que afirma que poder abrir es «una de las mejores ayudas directas que nos pueden dar» aunque matiza que después necesitarán «más ayudas directas a fondo perdido para reparar todo lo que hemos perdido por la mala gestión que ha tenido la Junta de Castilla y León».

Lo que tienen claro es que ahora esperan que no les vuelvan a cerrar. Ellos mantienen su compromiso de cumplir «todas las medidas sanitarias que nos impongan», como asegura que hasta ahora han hecho «escrupulosamente en la mayoría de los casos».

Es por ello que también lanzan un aviso desde los hosteleros de la región y es muy claro: «No vamos a aceptar más cierres. No nos importa que nos pongan más medidas, las que sean necesarias, pero no vamos a aguantar más cierres. Si quieren volvernos a cerrar tendrán que empezar a poner dinero encima de nuestros platos para poder mantener a familias y empleados».

Las restricciones se dejan notar y, además, se unen a que no son «capaces de entender cómo en otras comunidades han podido mantener abierto y la curva del virus se ha ido doblegando igualmente y, aquí, con el gobierno más restrictivo de toda España y prácticamente de toda Europa la curva ha ido igual. Nos han querido hacer culpables de una situación de la que evidentemente, y así hemos demostrado, no lo somos».

Lo que esperan es poder abrir al 100% y que les dejen hacer lo que saben y han hecho toda la vida «que es trabajar y atender al público, cada restaurante y cada bar con sus posibilidades». Y ahora confían en que la gente empiece a salir a consumir a bares y restaurantes. Ellos ofrecerán «buen servicio y buenos productos» pero también «un sitio donde relacionarse respetando las medidas sanitarias, por lo que pedimos a amigos, familiares y clientes que cumplan todas las normas, con mascarillas, geles y distancias».

El Centro Comercial El Bulevar será otro de los protagonistas del inicio de la desescalada previsto para el lunes, de ahí que no extrañe que los establecimientos del comercio minorista y la hostelería afectados por el cierre se muestren «muy aliviados, muy contentos y con la esperanza de que sea el último cierre». Así lo asegura la gerente del espacio, Laura Álvarez, quien se refiere a estos casi dos meses de cierre como «una agonía» para autónomos y empleados, un periodo que no se esperaban que fuera tan largo y que llegó a causar «desánimo y ansiedad» en un colectivo que ahora empezará a sacar todo «el stock que tienen colgado» por la interrupción de las rebajas en pleno arranque. 

La gerente quiso puntualizar que nunca llegaron a entender la decisión del cierre por considerar que en el Bulevar no se producen masificaciones y se cumplen escrupulosamente todas las medidas de seguridad,  a lo que se unió el hecho de que, pese a la mejoría de los datos epidemiológicos, la reapertura se iba retrasando. «La actividad económica no es incompatible con la salud y en un tema tan complejo puedes cometer errores al principio, pero después de un año no se puede titubear», destaca Laura Álvarez, quien pone el ejemplo de la Comunidad de Madrid e incide en que «no hay ningún estudio que corrobore que aquí se han producido contagios».

En cualquier caso, destaca el «buen ánimo» entre los comerciantes pese a tener que cumplir la reducción de aforo, algo con lo que llevan lidiando varios meses. «Lo importante es que se pueda mantener la actividad», añade.

Una visión similar es la que se lanza desde los centros deportivos cubiertos, que también volverán a abrir sus puertas el lunes. Desde el 88 Torreones Roberto Garcinuño explica que, una vez superada la incertidumbre de la pasada semana, tanto el equipo como los clientes tienen «muchas ganas, ilusión y fuerza» por retomar una actividad deportiva que «también es salud», en unos casos por «prescripción médica» , en otros como parte de un entrenamiento profesional y en otros para ocupar su tiempo de ocio. En cualquier caso, en este centro ya está «todo preparado» para dejar atrás un cierre que, como el resto de los sectores, «esperamos que sea el último».