Ante la pandemia, organización

B.M
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En Burgohondo se atiende a más de un centenar de mayores mientras se intensifican las labores de desinfección en el pueblo

Ante la pandemia, organización

Ante la pandemia, organización. Eso parece ser que es lo que han pensado en Burgohondo, donde estos días se está intensificando todo el trabajo que realizan para intentar mantener el municipio lo mejor desinfectado posible y también para evitar que los mayores tengan que salir de sus casas para lo que se cuenta con un grupo de voluntarios dispuestos a ayudar. Mientras, se recuerda que la compra de alimentos, productos de primera necesidad y medicamentos se debe hacer una vez por semana siempre que sea posible, los paseos con los animales deben ser cortos, no está permitido desplazarse a segundas residencias y solo se permite un desplazamiento diario para atender animales en huertos cercanos a la población, excluyendo en este caso a ganaderos y agricultores profesionales.

Según explica el alcalde, Francisco Fernández, están especialmente volcados con todas las tareas de desinfección que se hacen, siempre que se puede, «un día sí y uno no», lo que ha llevado a intensificar este trabajo. «Se hace todo lo que se puede, aquí seguimos luchando porque no nos queda otra», asegura. Y eso a pesar de que se trata de un municipio donde no se habían registrado casos, aunque ahora parece que se contabiliza uno en el centro de salud según el registro.

Lo que también sigue funcionando es la parte de los voluntarios, «que están cada vez con más servicios para intentar que la gente no salga de casa, especialmente pensando en los mayores». Una misión que emprendió en su día el municipio según se veía la necesidad de confinamiento.

Sobre esta labor, desde el propio Ayuntamiento recuerdan que, por una parte, se encargan de ir a hacer la compra y la farmacia a aquellas personas que lo necesitan, evitando así que salgan de sus domicilios, mientras que a los usuarios del comedor social se les hace la comida todos los días y, si es necesario, también se les ayuda si hay que hacer alguna compra o si necesita medicamentos.

Todo esto es posible gracias al grupo de voluntarios que va por las casas de la gente mayor para que no salgan pero sin perder esas cosas que son necesarias en su vida diaria, especialmente en relación a la salud y la alimentación. Se trata de una labor que realmente ha alcanzando una gran demanda en el municipio puesto que ya hay 108 personas a las que atienden los voluntarios mientras a otros 18 se les lleva la comida.

Pero es que además se ha dado un paso más y se cuenta con otro grupo que se está encargando de hacer mascarillas con tela de lámina transpirable para poder entregarlas a los vecinos y así la gente que tiene que salir, por ejemplo a comprar, la pueden llevar.