Una cadena de ayuda

B.M
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En El Barraco se ha organizado un grupo de medio centenar de personas dispuestas a elaborar mascarillas, gorroso batas que se destinan tanto a los vecinos de la localidad como a la Sanidad, llegando en este caso hasta la capital

Una cadena de ayuda

Una cadena de ayuda hecha con cien manos de El Barraco está convirtiéndose en aquello que es lo mejor de esta crisis sanitaria provocada por el coronavirus, sacar lo mejor de nosotros mismos.

En realidad no se trata solo de esas cien manos sino de todos los que han arrimado el hombro para crear una cadena de ayuda que ha nacido en esta localidad con la elaboración de material de protección y que está llegando incluso a la atención sanitaria en la capital.

En un primer momento la idea fue de Piedad Arias, que además es concejala en el Ayuntamiento de El Barraco, que descubrió en esta idea una ilusión, llegar a sentirse útil, sensaciones que poco a poco se fueron extendiendo por la localidad. Se puso en contacto con el alcalde para ver si hacía falta material en la residencia de la localidad, pero aunque no fue necesario, sí que se comenzó con la elaboración de mascarillas, con lo que ella denomina tela ‘de la buena’, aquella que aunque no es efectiva al cien por cien sí que es una buena opción. Para ello luchan en que sea lo mejor posible, haciéndolas dobles y acudiendo donde sea necesario, también con esterilización, llegando a elaborar ya 700.

Una cadena de ayudaUna cadena de ayudaLa idea era repartir entre los vecinos y así se sigue haciendo, pero también recibieron una llamada desde el grupo encargado del coronavirus en Ávila para preguntarles si podían hacer batas y, con la tela proporcionada por Retales Isabel (con el tejido TST -tejido sin tejer-), emprendieron esa misión también para la sanidad abulense. Allí también se han enviado 350 gorros,  elaborados en la localidad. y se está a la espera de que el lunes llegue más tela para continuar con su trabajo. A ello se unirá la que donará el colegio público Santa Teresa en la localidad.

Lo cierto es que su misión es posible gracias a las donaciones y que es el propio Ayuntamiento el que asume los gastos en los que incurren para estas elaboraciones. Por ello también ha habido un pregón para que todos los vecinos que necesiten una mascarilla informen y se les puedan llevar a sus casas. Para ello se sale dos veces al día para recoger y repartir «y una chica que viene a trabajar a Ávila lleva esa parte de sanidad, como se ha hecho con anterioridad y se seguirá haciendo, gracias además a la nueva partida de tela anunciada.

Se cuenta además con otros colaboradores, las peleterías del pueblo que son los encargados de cortar las batas para que luego este medio centenar de vecinos, mujeres y hombres, se encarguen de coserlas en sus casas.

Puede que en todo esto haya «una sensación egoísta de satisfacción personal», dice Piedad Arias, pero lo cierto es que hay gente que ha llamado llorando para colaborar, diciendo «que necesitan coser», e incluso alguna vez ha tenido que decir que hay que parar. La verdad es que, más que egoísta, parece solidario.