UCCL escenificó este «lluvioso» jueves en Ávila su malestar con la situación que atraviesan agricultores y ganaderos desde hace tiempo y que se ha ido agravando con el paso de los meses. Ya lo dijeron en rueda de prensa a principios de semana: son muchos los factores que les han llevado a sacar los tractores de su hábitat natural para traerlos hasta la capital abulense y pasear su «ruina» por el centro de la ciudad, hasta desembocar en la Delegación de la Junta y en la Subdelegación de Gobierno.
Las cuentas no les salen. Producir cuesta mucho más que hace tiempo, los fertilizantes se alzan un 300%, el gasoil no para de subir, la electricidad tampoco y lo que perciben por sus productos no les llega para seguir dedicándose a ello, como tampoco la PAC tal y como está concebida y negociada en la actualidad les sirve de ayuda. Un asunto más que afecta especialmente en Ávila es la falta de control de la fauna salvaje y por supuesto los ataques de lobo que para la provincia es una lacra ya también desde hace años.
En un lugar como Ávila en el que son muchos los pueblos que cuentan con algún vecino más gracias a que el campo les permite seguir trabajando, con esta situación, enfilan un negro horizonte.
'Tractorada' por un campo que agoniza - Foto: David CastroEso es lo que piensan y eso es lo que transmitieron este jueves algunos de los profesionales de la agricultura y la ganadería que concurrieron a una 'tractorada' más que justificada. El campo se arruina, rezaba una de las pancartas y para evitarlo hay que poner remedio y salir a las calles, algo que prometen seguir haciendo y que el próximo 15 de marzo representarán en Madrid.
Jesús Muñoz, el máximo responsable de la organización agraria en Ávila encabezó una manifestación a la que acudió también el coordinador estatal de Unión de Uniones (en donde está integrada UCCL), José Manuel de las Eras.
Allí Muñoz puso de manifiesto su «satisfacción» por el respaldo a una convocatoria que esta vez ha hecho UCCLen solitario. «Pensaba -decía- que iban a venir menos tractores pero al final habrán sido entre 40/45». Una buena noticia que llegaba acompañada de otra casi mejor, la persistente y copiosa lluvia que acompañó a todo el recorrido. Un asunto que es otro de los problemas del campo, la sequía hídrica e hidrológica, pero eso no es competencia del Gobierno, lógicamente.Sí lo es la negociación de la PAC que no es «el agua de mayo» que sí supuso en sus inicios. A la actual, tal y como está concebida, le falta tener en cuenta a los Agricultores a Título Principal y menos requisitos medioambientales, ponía sobre la mesa De las Eras. EL plan estratégico no ha tenido en cuenta la figura del agricultor activo como ellos defendían y eso repercutirá en el reparto de la PAC (que repartirá el 33% de la ayuda a políticas verdes, decía). Las ayudas recaerán, de quedarse como está el documento, en más de 700.000 agricultores cuando deberían ser a juicio de De las Eras 300 y pico mil para poder repartir mejor el dinero público.
Para Muñoz era importante acudir a la tractorada porque «la situación que vivimos es muy complicada: los costes de producción se han elevado de tal manera que hoy mismo pagamos los abonos un 300% más caros, la electricidad, un 100%, igual que el gasóleo y los herbicidas, aunque han subido menos, también lo han hecho». Insostenible y por eso habrá más movilizaciones porque «la situación a corto plazo aún no la hemos ?encontrado».
Y no sólo eso, sino que desde hace una semana cuentan con un problema que sumará en negativo la «maldita» guerra, la invasión de Ucrania por parte de Rusia que elevará aún más los costes de producción y que repercutirá en el consumidor. Una invasión que condenaba también De las Eras.
Una idea general la de UCCLcon la que convocaron la tractorada y que por supuesto compartían no pocos profesionales del campo que secundaron la movilización. De Nava de Arévalo venía Sergio López, un joven agricultor (de patatas, alubias, trigo y alfalfa) que en su día vio esa labor como una oportunidad para quedarse en el pueblo que le vio nacer y dedicarse a la misma labor que tuvo su padre, al que sí le rentaba, pero que ha visto que ahora no le compensa porque las cuentas no salen. «Está cada vez peor». Suben costes de producción y ellos perciben además menos por sus productos, decía. «Cada vez nos queda menos margen y eso que estás todo el día trabajando».
Más veterano y en su caso ganadero de vacas de leche en la Moraña, José Luis Rodríguez, secundaba la manifestación. «Cada día nos aprietan más: nos comen los abonos, los fertilizantes, la energía...» y los pueblos «tenemos que manifestarnos para poder vivir. Como no nos ayuden los pueblos desaparecen porque la gente joven no se puede quedar, tiene que hacer inversiones muy grandes y luego no hay margen de beneficio. Van a acabar con esto». «Antes un camión de soja valía 4.000 euros; hoy, 7.000, la luz está disparatada y el gasoil que de 70 céntimos ha pasado a más de un euro y así todo». Cuando «desaparezcamos de los pueblos no se va a poder vivir, no habrá patatas, ni cebollas, ni leche, ni carne...»
Para Marcos, agricultor morañego (se dedica al cereal): «La situación es crítica, el combustible no deja de subir y esto ya es insostenible y se va a agravar más como el Gobierno no ponga de su parte». Por poner algo en positivo «hoy por lo menos llueve porque hasta eso lo teníamos en contra, pero quedan muchos meses duros por delante para cosechar».