El cielo vuelve a recordar

B.M
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Alzheimer Ávila organizó de nuevo las 'Luces de la Memoria', con la suelta de linternas como una forma de dar visibilidad y también recaudar fondos para innovar en talleres y seguir con sus actividades

Cada linterna que vuela al cielo es el recuerdo a una persona. Quizá porque ellos ya no pueden recordar o porque no están con nosotros. Es el espíritu con el que se organizaron de nuevo las 'Luces de la Memoria' a través de Alzheimer Ávila en un acto que siempre resulta emotivo y lleno de significado.

Tras el parón obligado de los dos últimos años, en esta ocasión se desafió al frío con la suelta de linternas al cielo en la explanada del Lienzo Norte, con gran afluencia de público. Recuerda la presidenta de la asociación de alzheimer, Montserrat Cortés, que llevaban dos años sin poder realizar esta actividad, tras una intentona que se tuvo que suspender por las condiciones climatológicas y una edición con velas alrededor de la Muralla. Aquello fue diferente y este año los globos cogieron suficiente calor para subir al cielo. Había que tener paciencia pero se buscaba esa imagen espectacular para lo que tenían unos 1.500 farolillos preparados, que se iban agotando por momentos.

Las 'Luces de la Memoria' comenzaron en 2017 y surgió por una hermana que la propia Montserrat tenía en Alemania y acercándose a los eventos que se organizaban allí. Así se planteó lo que «parecía una locura» pero que resultó un «éxito absoluto» en su primera edición. Es cierto que detrás hay mucho trabajo porque hay que mirar el tipo de farolillos, conseguir implicación de instituciones y permisos pero al final es un acto «tan bonito» que la asociación no quiere renunciar a organizarlo.

El cielo vuelve a recordarEl cielo vuelve a recordarAunque tiene una parte recaudatoria, para ellos es especialmente importante dar visibilidad al alzheimer y hacerlo con algo «original, bonito, que se prepara para que la gente se fije en ello». Lo único que queda pendiente es que todavía hay gente que acude a participar pero no sabe la asociación que lo organiza, lamenta. Esto sucede porque es un acto que «llama mucho la atención» y se hace en una noche muy especial, la de Reyes, aunque hay quien pide que se cambie a otra ocasión por ser precisamente esa fiesta. Pero ellos consideran que es difícil hacerlo más adelante y, sobre todo, lograr reunir a tanta gente.

Cortés no duda en mencionar que para organizar una actividad así «hay mucha gente y trabajo detrás» puesto que se precisa apoyos o permisos de Junta de Castilla y León, Ayuntamiento, Protección Civil, ambulancias o Bomberos. Es necesario «ir todos a una. Es muy mágico y estamos bendecidos porque los ciudadanos colaboran». Lleva además una colaboración interna en un año en el que también han contado con el «exitazo» del Belén, con mucha gente que va a verlo y la necesidad del voluntariado allí, con el esfuerzo que esto supone.

La participación en la actividad de las 'Luces de la Memoria' se basa en la compra de un farolillo (al precio de 2,5 euros), encenderlo con la familia y enviarlo al cielo con los deseos. Además con ello «se da visibilidad a la gente querida que ya no está» y se crea un acto que «los niños espera con ilusión» en una noche tan mágica como la de Reyes. 

Más allá del simbolismo, la recaudación que se logra se dirige a cubrir necesidades cuando se va hacia el incremento de usuarios y se quiere ser capaces de gestionar una crisis como la actual manteniendo las actividades y, sobre todo, innovando en talleres y formación. «Como cualquier familia o empresa, hay que hacer frente a las facturas», explica la presidenta de Alzheimer Ávila, pero también tienen la intención de innovar especialmente en las terapia no farmacológicas, que «exigen mucho personal» ya que se precisan técnicos que sigan formándose y esto es «muy caro». Pero es que no se quiere renunciar a que las personas que atienden estén con los «tratamientos adecuados e innovadores».

En este momento, Alzheimer Ávila cuenta con 450 socios y atiende a 62 usuarios, todavía por debajo de los niveles de antes de al pandemia. Tienen capacidad para atender a más de cien personas una vez que terminaron las obras del centro y se está terminando de amueblar.