Editorial

Voracidad secesionista y cesiones del Gobierno de coalición

Diario de Ávila
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El objetivo de ERC es condicionar su apoyo en la próxima legislatura con la celebración de un referéndum

La hoja de ruta marcada por los partidos independentistas catalanes para respaldar la investidura de Pedro Sánchez y apuntalar el Gobierno de coalición se está cumpliendo casi al pie de la letra. Los indultos concedidos a los condenados por el proces, seguidos por la eliminación del delito de sedición y la reforma, casi a la carta, del de malversación constatan la deriva de un Ejecutivo, que ha optado por claudicar ante las exigencias de ERC con el único objetivo de mantenerse en el poder. Las palabras de ayer del presidente del Gobierno en Barcelona, calificando de «arriesgadas» las decisiones que se han ido tomando para salvaguardar la convivencia en Cataluña, desjudicializando, en sus propias palabras, un conflicto que hoy está lejos de la crispación que se vivía en 2017, esconden una realidad muy diferente.

Es indudable que la situación que se vive hoy en Cataluña nada tiene que ver con lo acaecido en aquellos aciagos días en los que se llegó a proclamar una Declaración Unilateral de Independencia y se registró una espiral de violencia en las calles sin precedentes, atacando con virulencia todo aquello que tuviera que ver con España. Lo que hay que preguntarse es si toda esta calma se debe al diálogo, la famosa mesa bilateral que situaba al Estado al mismo nivel que el de una Comunidad, o si deriva directamente de las grandes cesiones que PSOE y Unidas Podemos han hecho a lo largo de la legislatura, entre ellas un incremento más que considerable de las inversiones en los Presupuestos Generales del Estado. Lo que no ha calculado Sánchez es que la voracidad de sus socios independentistas no tiene límite y que, aunque hayan logrado todas sus prebendas en esta legislatura, no van a parar hasta conseguir el que es su máximo objetivo y al que conducen todas sus acciones: volver a celebrar un referéndum de independencia.

Oriol Junqueras no se esconde y ya lo ha advertido en su círculo más estrecho. El paso que pretende dar ERC es conseguir el mayor apoyo posible en las próximas elecciones generales, con la finalidad de poner sobre la mesa del PSOE la celebración de una consulta si quiere contar con el apoyo de su grupo en la próxima legislatura. La voracidad del nacionalismo catalán parece no tener límites y las cesiones del Gobierno de coalición sólo están sirviendo para dar de nuevo alas a un movimiento secesionista que se había visto cercado por la vía judicial, pero que ve ahora cómo se le concede todo lo que reclama. Es un error continuar por este camino, aunque Sánchez se empeña en disfrazar de concordia y convivencia las ansias de alcanzar la independencia.