Álvaro Mateos

El Valtravieso

Álvaro Mateos


Hace 100 años, en Ávila...

16/01/2023

Después de años centenarios de tanta relevancia, en torno a los místicos, parecería que este 2023 queda un tanto huérfano, y no debería. Para empezar, estamos ante el año Sorolla, coincidiendo con el centenario de la muerte del pintor, de quien tenemos documentadas hasta tres visitas a la ciudad. La más relevante se produjo en 1912, en la que pintó tipos, vistas, Murallas y la fuente del Pradillo, mientras preparaba el gran mural de La fiesta del Pan, en el que reprodujo el gran escudo de la fuente, la ermita de san Segundo y una vista amurallada, junto con imágenes de Toledo y Salamanca. 
Sorolla, que sentía una sensación extraña al pintar en Ávila, pasó esa estancia de nueve días en la capital después de un viaje en tren en el que, junto al pintor sueco Anders Zorn, se bebieron tres botellas de champán en el recorrido desde Madrid, una buena manera de matar el tiempo con buena conversación. 
El año 1923 arrancaba en Ávila, sumida en años de crisis en medio del desastre con Marruecos y en víspera de la dictadura de Primo, con la alcaldía de Benjamín Caro, quien en abril sería también presidente del Casino. Su cuñado era el diputado Nicasio Velayos, quien diez años más tarde llegaría a ser ministro de Agricultura. Ambos protagonizarían aventuras periodísticas con La Voz del Pueblo en las primeras décadas del siglo: hasta tres intentos, siendo el más intenso el de 1930, rivalizando con El Diario de Ávila.
La guerra de África acababa de traer malas noticias: la muerte de Francisco Arévalo Nicolás, quien pasaría al callejero de la ciudad en 1923, año en el que se le rinden homenajes en su ciudad natal, con el nombre de Teniente Arévalo, del cuerpo de Infantería. 
En este año crítico para España, se terminaban los famosos turnos entre liberales y conservadores para formar gobiernos, con figuras también muy ligadas a Ávila, como lo había sido el presidente Sagasta y como lo sería el hijo de Francisco Silvela, también diputado en 1923 por la circunscripción de Ávila, Jorge Silvela.  
1923 fue el año en el que Alfonso XIII concede estandarte propio al Cuerpo de Intendencia, con sede en la Academia de Ávila. Tal y como el rey había visitado la ciudad y pasó estancias cazando en la sierra de Gredos, en este año sería su tía, la infanta Isabel (La Chata) quien en el mes de marzo pasó unas jornadas similares, con noche en la ciudad, y ruta teresiana que culminó en Alba de Tormes. 
Mientras, con el socialismo abriéndose paso, Largo Caballero inaugura en el mes de septiembre la Casa del Pueblo de Navalperal de Pinares, una de las más activas de la provincia. 
Todo esto, sin olvidar que en el mes de agosto se celebrará el Centenario del Real Ávila, nacido de un grupo de aficionados que se constituyó como Ávila Club de Fútbol dos años antes de que Alfonso XIII aceptase la presidencia de honor y le permitiera denominarse como real. 
El mismo año de la declaración de las iglesias de san Segundo, san Andrés, restos de santo Domingo y el palacio de Núñez Vela como monumentos histórico-artísticos, se rehabilitaba la marca de Yemas de santa Teresa La Flor de Castilla, registrada en 1907. 
Hace cien años también, fue nombrado comisario general de vigilancia de policía en Barcelona con la llegada de la dictadura, el que había sido gobernador civil de Ávila, el matador de toros y político liberal Luis Mazzantini. 
La memoria de las fechas es importante para recordar, conmemorar y rescatar del olvido historia y acontecimientos que, como vemos, en Ávila tenemos para dar y tomar.