Derrumbe en el 'Rincón del Diablo' de Arévalo

R. Guerra (*)
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La zona de la Muralla presentaba desde hace bastante tiempo unas alarmantes grietas que se podían apreciar y que hacían pensar que el muro cedería si no se intervenía, como así ha sido

Derrumbe en el ‘Rincón del Diablo' de Arévalo

Una parte de la Muralla de Arévalo, concretamente una parte del lienzo de la zona conocida como ‘Rincón del Diablo’, la esquina suroeste de los escarpes del río Arevalillo. Esta zona presentaba desde hace bastante tiempo unas alarmantes grietas que se podían apreciar, muy preocupantes, que hacían pensar que ese muro cedería, si antes no se intervenía en su consolidación.Y así  finalmente ha ocurrido, pues no se intervino en este espacio amenazado. El pasado 5 de enero se produjo el derrumbe. Los escombros, grandes moles de piedra y ladrillos se han precipitado por el gran desnivel del terreno hasta el camino  fluvial del Arevalillo que ha sido acordonado, justo sobre el puente de los Barros. 

El gran muro que se ha derrumbado estaba sobre la base de la propia  muralla, era un muro sensiblemente más moderno que la propia muralla, aunque de aparejo semejante, que correspondía al lugar donde se encontraba la casa de Juan Velázquez de Cuéllar que posteriormente compró el famoso Alcalde Ronquillo.

En fotografías realizadas antes de este derrumbe, en su estado anterior, se podía apreciar que ya se había derrumbado la esquina y quedaba un muro, especie de contrafuerte, que no era torre propiamente dicha sino parte de un derrumbe anterior reaprovechado como talud-contrafuerte.  

Amenazas.  Hace varios años que esas preocupantes grietas ya amenazaban con derrumbes, precisamente en una zona que añade muchas dificultades por lo escarpado del terreno, pero también por la incertidumbre del trazado original, aunque se atisba en la zona baja los restos de los cimientos, sin descontar el factor del lucimiento con la incorporación de nuevos elementos añadidos, innecesarios y que han detraído un presupuesto necesario en otros puntos, como en este caso.

Desde que se aprobó el Plan Director de la Muralla de Arévalo, mucho se ha escrito y hablado sobre estos temas, sobre las prioridades de mantener los restos de la misma, sobre las zonas que primero deberían ser reconstruidas. Porque, una cosa es mantener los restos existentes, otra es restaurar trozos que merecían estar con una visión más decente o atractiva, como un escaparate patrimonial, y otra cosa son las partidas empleadas en esa nueva torre de “las Escalerillas”, a gran costo y sin necesidad. Y otra más la necesidad de reconstruir para sujetar las tierras en escarpes pronunciados. Lo cierto es que una vez más este tema despierta discrepancias sobre la gestión de nuestro patrimonio.

Tengo que reconocer que cuando realicé el estudio sobre las murallas arevalenses, esta esquina suroeste fue la menos conocida por las dificultades de su estudio, era cuestión de facilitar estudios arqueológicos antes de decidir que hacer en la zona.  Esta reparación debería situarse entre las prioridades del capítulo de patrimonio y recuperar esta zona.

 (*) Cronista Oficial de Arévalo