Uno de los capítulos de nuestra historia común española y  de todas las regiones que forman la Nación española soberana, es disponer cómo nos comunicamos para seguir compartiendo las crónicas de casa en nuestro Estado común de convivencia: social, económico, político y cultural; amparado por una Constitución, de todos y para todos los ciudadanos españoles, en igualdad de soberanía, derechos, deberes y obligaciones; en valores y principios constitucionales, que exigen el respeto de la libertad, de la justicia y de la igualdad de derechos en todo el territorio nacional. Y seguimos con la exclusión de la lengua española como medio vehicular en nuestro espacio nacional. 
En cualquier estudio serio de la historia por respetar y de no enredar, se nos reconoce por el valor de nuestra transición política para la convivencia, a) para hablar claro y alto de nuestras herencias culturales sin que nos calle nadie en las verdades de casa, barrio, pueblo y ciudad; b) para que ningún descalabro político limitase la igualdad de derechos entre las ciudades y regiones de las grandes historias españolas; c) para que nadie impusiera el pensamiento político único, como motor de la historia excluyente del idioma español para borrar las historias reales en las verdades de familias que caminan y hacen casa en todo en territorio nacional; d) sin necesidad de poner porcentajes idiomáticos que limiten la igualdad de derechos y deberes en el territorio de la Nación española; e) sumen su opinión, en suma de aportaciones, que luego seguimos... con las cosas de casa...
Tenemos una lengua: Es castellano es la lengua oficial del Estado. Todos los españoles tienen el deber de conocerla y el derecho a usarla, artículo 3.1 CE. Todos tenemos familia y raíces en todo el territorio comunitario español, sin que nadie se vea llamado al olvido de las historias de casa, ni tener limitada la formación en una época como la de hoy, en que es normal que los estudiantes hablen y estudien y se comuniquen en tres o más idiomas (incluido el castellano), sin fronteras para la formación en el estudio de una sola lengua oficial local. ¿ O todo consiste en el borrado de una de las lenguas oficiales constitucionales?  
La Constitución que nos hemos entregado todos para todos, tiene escrito que: Las demás lenguas españolas serán también oficiales en las respetivas Comunidades Autónomas de acuerdo con sus estatutos (art. 3.2.  CE). Y hasta nos dice que: Que la riqueza de las distintas modalidades lingüísticas de España es un patrimonio cultural que será objeto de especial respeto y protección (art. 3.3 CE). 
Leído y visto. Conlusión: habrá que hacer llamada para la acogida de cuantas familias decidan que los hijos lleven a cabo su formación en nuestras tierras, con la acogida en casa que sí podemos ofrecer, con nosotros y en nuestra  tierra abulense, que, por comunitaria y española no nos pueden reprochar nada; que no hace distinciones en idiomas ni en personas ni culturas, y sin barreras para la sana convivencia, que aquí nos comunicamos muy bien. Son las cosas de las historias tuertas que pretenden imponer algunos iluminados, en sus entuertos del parto de los montes excluyente de lo hispano…que ya volverá el sentido común a poner en su sitio las comunicaciones soberanas; sin exclusiones.
 En defensa de lo nuestro, españoles en casa y por el mundo, sí podemos enorgullecernos por partes de las historias de familias de toda nuestra Nación: Somos tierra y casa sin fronteras políticas, la inmensa tierra castellana y leonesa y española. Podemos ofrecer y comunicar con un idioma social compresible y en español, para comunicar que pueden hacer su casa aquí, cuantos quieran lleva a buen fin su formación en la tranquilidad de la Ciudad y en nuestros pueblos para comunicarse con nosotros, en vida de estudio y en la paz y tranquilidad de la sana convivencia, para tranquilidad de las familias y que nos tengan como parte social colaborando en la formación de sus hijos…y seguimos… 
f) Quizás llega el momento de comunicar, de las mil formas que Ávila sabe poner en marcha, que somos buena gente y buena tierra para la acogida de cuantos quieran compartir nuestra soberanía local, y nacional, y suya; g) dar a conocer que contamos con buenos centros de formación universitaria y profesional, contamos con la experiencia y pluralidad de los estudiantes, ciudadanos españoles de todas las regiones y comunidades de la Nación española; y h) hasta del mundo mundial de cuantos se llevan nuestra presencia, con el recuerdo de una etapa inolvidable, en tierra de Universidades, Escuela Nacional de Policía, historias en tierra de cantos y santos; y leyendas en una sociedad y comunidad real que no excluye a nadie; ni confina la lengua de comunicación soberana, para el estudio en paz. Es Nuestra Tierra, abierta, sin excusiones, a lo largo de siglos de forja de la convivencia bajo la luz necesaria de la experiencia para el encuentro definitivo en nuestras familias y comunidad, al amparo constitucional, el respeto del esfuerzo político en el taller diario de la convivencia real y posible, y por escribir en cada diario de comunicación como este, en sus manos y web; con los vecinos de hoy y con los vendrán, en compañía y en las crónicas de casa, por escribir juntos, en su universidad de nuestra acogida.