Se dice que algo o alguien es excelente cuando se es muy bueno o se sobresale en alguna cualidad con respecto a otros u otras. Y hoy les hablamos de un joven que es (entre otras muchas cosas) excelente en materia de estudios. Porque Alberto Salgado Herreras, alumno del IES Isabel de Castilla, es el estudiante de Ávila al que la Junta de Castilla y León, a través de su Consejería de Educación, ha entregado el Premio de Bachillerato de Investigación y Excelencia que corresponde a nuestra provincia.

Alberto, como no puede ser de otra manera, está feliz. El premio es, sin duda, el perfecto broche de oro a una etapa estudiantil que ahora se cierra, pero que ya sabe cómo continuará en un futuro muy cercano: estudiando Ingeniería de la Organización Industrial en Valladolid.

Nos cuenta todo esto y mucho más antes de entrar a una de sus clases prácticas en la autoescuela. Porque él, como tantos otros chicos que acaban el Bachillerato, ha decidido aprovechar el verano para sacarse el carnet.

El teórico ya lo tiene aprobado. A la primera. Y lo cierto es que no nos extraña nada sabiendo que su nota final tras la EBAU fue de un 12,4.Claramente, Alberto es excelente.

Pero no es esa nota la que ha hecho que ahora pueda presumir (aunque no lo haga en absoluto) de su premio.

«Se tienen en cuenta varias cosas», nos explica. «Las asignaturas que más ponderan son Matemáticas y Física, que son las que tienen el porcentaje más alto». 

Aunque lo que más se ha tenido en cuenta, explica, es el proyecto de investigación que desarrolló desde finales de primero de Bachillerato y durante todo este curso en la Universidad de Salamanca. «Se llama 'Gemelos virtuales en ingeniería química' y lo realice en el lenguaje de programación Python», comparte con los lectores de Diario de Ávila.

«Y se tiene también en cuenta las medias de primero y segundo de Bachillerato», concluye los puntos que desde la Consejería  de Educación se tuvieron que valorar a la hora de seleccionarle para el premio.

Un premio que, por cierto, le supondrá un año de gratuidad en la matrícula universitaria. «Mis padres están muy contentos, sí», se ríe y nos cuenta que ambos son matemáticos y que tiene un hermano que ya estudia Ingeniería Química.

Claramente, lo de esta familia son los números, le decimos. Y vuelve a reírse antes de confesarnos que él siempre quiso estudiar una ingeniería, con independencia de los 'antecedentes' familiares y de sus posibles salidas laborales. Aunque confía, claro, en que gracias a la carrera que ha elegido pueda encontrar pronto un buen trabajo al dejar la universidad. «Me gustaría acabar bien situado y son mayores complicaciones, pero sé que es difícil, con todo lo que se oye del paro...», reflexiona en alta voz sobre un problema que preocupa, y mucho, también a los más jóvenes.

Antes de despedirnos, queremos preguntarle el 'secreto' para convertirse en un alumno excelente.«Es cuestión de organizarse», se quita méritos Alberto. «En mi opinión, pintan segundo de Bachillerato mucho peor de lo que es», continúa hablando.«Porque yo he ido a fútbol, he salido... Es más organizarse que echarle horas», se despide de nosotros antes de contarnos casi a carcajadas que sus amigos no parecen nada impresionados con sus notas y de darnos otro truco, por si estamos pensando convertirnos en los próximos alumnos 'excelentes' del año de Ávila: aprovechar al máximo las horas de clase para tener menos trabajo en casa. Ahí queda dicho para los que vienen por detrás... Enhorabuena,Alberto.