Para muchos el verano es sinónimo de descansar y disfrutar, pero para otros es tiempo de vigilancia y temor ante lo que puede pasar en la época de mayor riesgo de incendios forestales. Un sentimiento que bien conoce Ávila que en la última década ha 'perdido' prácticamente 36.000 hectáreas como consecuencia de las llamas, principalmente debido al fuego de la Paramera del pasado año, pero también con otros incendios que aún permanecen en nuestras mentes.

Los incendios suponen, en todo caso, mucho más que perder un terreno puesto que se traduce también en daños a las personas, en muchas ocasiones en su forma de vida cuando atacan nuestros montes. En el último decenio en Ávila se registraron 1.657 incendios forestales, dentro de los 15.500 que se contabilizan en toda la región. Esto supone que Ávila alcanza prácticamente un 11 por ciento de los fuegos registrados en estos años.

Pero lo peor no es el número, sino las consecuencias, puesto que del total de la superficie quemada en este decenio en la región, más de un 20 por ciento es abulense. Es más, Ávila es la tercera provincia en la que más superficie resultó quemada, después de que el fuego arrasara 35.979 hectáreas de las casi 171.000 incendiadas en la región en este tiempo.

En la reflexión general que se hace desde la Junta de Castilla y León, se indica que la problemática de incendios es más acusada en el oeste de la comunidad, como las provincias de León, Zamora y Salamanca como las que más incendios y más superficie quemada sufren anualmente seguidas de las provincias de Ávila y Burgos, mientras en el resto de la comunidad el problema es mucho menos acusado.

Las causas de los incendios forestales en Castilla y León son de origen antrópico, dado que las actividades humanas los causan de una u otra manera. En el último decenio más de la mitad de los incendios son intencionados y casi el 40 por ciento debidos a negligencias y accidentes. Únicamente el seis por ciento de los mismos son debidos a causas naturales. Es una información que no aparece reflejada por provincias a partir del año 2015.

En el caso de Ávila, en los años que van desde 2012 a 2021 fue en  el primero de ellos cuando se produjo el mayor número de incendios, no de superficie, al alcanzar los 282, pero hay que tener en cuenta que 194 de ellos fueron conatos, es decir, afectaron a menos de una hectárea. También destaca la cifra de 2019, con  215 fuegos (168 conatos), como segundo año en el que se superaron los dos centenares de fuegos. Por encima del centenar están todos los años, con excepción de 2020, cuando fueron 90.

Si lo que se mira es la superficie, que puede ser más significativo porque se ven mejor las consecuencias, el peor año con mucha diferencia es el pasado con más de 23.000 hectáreas arrasadas, pero hay que tener en cuenta que 22.000 de ellas corresponden al fuego de la Paramera, uno de los peores sufridos en la historia de Castilla y León, especialmente si no se tiene en cuenta lo que está sucediendo este verano. De esta superficie quemada en 2021 hay que tener en cuenta además que más de 22.000 hectáreas eran forestales, con 3.160 de ellas correspondientes a arbolado.

También hay que destacar las más de 1.000 hectáreas agrícolas que fueron pasto de las llamas.

El segundo año en el que más superficie se quemó es 2017, con 3.662 hectáreas arrasadas por los incendios forestales. Con 193 incendios, ese año se perdieron 3.471 hectáreas de masa forestal, con 1.151 de árboles.

Si se hace una comparativa con lo que ha sucedido en la región, en 2021 fue el año en el que Ávila se convirtió en la provincia más afectada por el fuego de las nueve de la comunidad. Es más, de las 28.866 hectáreas quemadas, más de 23.000 fueron en tierra abulense. En el último decenio esta circunstancia solo se produjo en 2021.

En cuanto a las causas, dentro de la información publicada por Castilla y León, aparecen reseñadas por provincias hasta 2015. En ese año, de los 190 incendios que hubo en Ávila, 78 fueron intencionados, 76 se debieron a negligencias y causas accidentales, 27 a rayos, seis a reproducciones y tres fueron por causas desconocidas.